Alberto Fernández estuvo en Tucumán por el Día de la Independencia. Allí mantuvo la “tregua” inaugurada el viernes últimos por Cristina Fernández de Kirchner en la inauguración del Cine Teatro Municipal de El Calafate. El Presidente evitó referirse a la interna del Gobierno y habló de “unión y contruir puentes”.
“Para que podamos entrar todos y todas, para construir un país juntos y juntas y para llegar a acuerdos que nos unan hace falta derribar muros. A veces los muros se levantan silencioso. Otras con voces altisonantes o con mentiras, pero en todo caso los muros se levanta para dividirnos”, enfatizó el mandatario.
Además, advirtió al Frente de Todos que si no logran sobreponerse a las diferencias “los que ganan son los de afuera, que solo producen pobreza para el pueblo”. De esta forma criticaba a Juntos por el Cambio.
Las denuncias lejos de deslizarse hacia dentro de la coalición gobernante, fueron apuntadas a la oposición y a “los grupos concentrados que amasan fortunas y llevan al país a la miseria”, como dijo textual el presidente.
El pacto de Olivos
El clima de tensión en la interna de la coalición de Gobierno vio un parate este viernes luego de las declaraciones de la vicepresidenta cuando puso un alto al fuego en la tensión con el mandatario luego también de la cena que compartieron en la noche del domingo.
Cristina Kirchner habló del ex ministro de Economía y explicó: “La salida de Guzmán fue un inmenso acto de irresponsabilidad política”.
Luego agregó: “Creo que también fue un acto de desestabilización política”. Y realizó un guiño hacia Alberto Fernández: “Fue un inmenso acto de ingratitud hacia el Presidente”.
En consonancia con sus dichos, la vicepresidenta expresó: “Creo que fue un acto de irresponsabilidad política y de desestabilización, en cierta manera institucional. Porque, a ver, el mundo cómo está, el país cómo está, el dólar cómo está y hacerlo enterar al Presidente de una renuncia por Twitter, nada más y nada menos que del ministro de Economía, no me parece bien”.