Desde que el presidente, Alberto Fernández, cedió al reclamo kirchnerista de convocar a una mesa política para el 16 de febrero, el espacio de intercambio de la coalición gobernante, de antemano, ya nació inclinado y desdibujado.
Primero porque el mandatario quedó sumido en una nueva interna con La Cámpora por si se discutirán sólo cuestiones electorales o también de gestión. En los últimos días, los entredichos entre funcionarios cercanos al Presidente y dirigentes K se multiplicaron.
Desde el minuto cero, el pedido del camporismo al Presidente fue conformar esa mesa para discutir temas de gestión. Pero, según indican fuentes de Casa Rosada a TN, “Alberto no quiere coogobernar con Cristina”. Sin embargo, desde el sector de la Vicepresidenta recuerdan que cuando fue designado como candidato presidencial “no medía ni dos puntos” y, hoy, sienten ingratitud de su parte.
A su vez, Alberto llegará al 16 de febrero debilitado. En búsqueda de ganar volúmen político previo a la primera reunión de la mesa, si bien logró una reunión con los intendentes peronistas del conurbano bonaerense, no pudo concretar una foto similar con los gobernadores.
El cónclave que tenía en mente debió suspenderlo luego de que sólo 3 o 4 le confirmaran su presencia. En tanto, los más cercanos a Cristina como Alicia Kirchner (Santa Cruz) y Axel Kicillof (Buenos Aires) le dijeron que no estaban dispuestos a concurrir.
El otro motivo de conflicto, que también atravesó una buena parte del 2022, es la decisión de ir o no a unas PASO en el FDT. Alberto Fernández insiste en volver a presentarse como candidato, pero Cristina Kirchner no quiere.
El Presidente calcula que La Cámpora, si bien tiene una organización aceitada, no mide bien. Al margen, la situación del gobernador Kicillof, que mide alrededor de 30 puntos y es el candidato con más intención de voto en la provincia de Buenos Aires.
Por otra parte, el kirchnerismo sigue presionando a Alberto Fernández para que incluya dentro del debate de la mesa política la proscripción de la que CFK. Desean que todo el Gobierno se haga cargo del complejo panorama judicial, pero el titular del Poder Ejecutivo se viene negando sistemáticamente.
En ese marco de conflictividad es un hecho que ni Cristina Kirchner ni Máximo Kirchner formarán parte del cónclave. Sí estaría como representante del sector el ministro del Interior, Eduardo ‘Wado’ De Pedro.
En un contexto con varios focos de conflicto abiertos y latentes con el kirchnerismo, la duda que reina es si después de la reunión de la mesa política del 16 de febrero a la que tuvo que ceder, Alberto Fernández terminará aún más debilitado.