Tras la emisión de dictámenes sobre la ley de Humedales, se habilitó el debate sobre un tema que lleva más de diez años en la agenda pública. Pero queda poco tiempo para que sea aprobada, dado que las sesiones terminarán el 30 de diciembre. En ese marco, distintos actores relacionados con la temática brindaron su punto de vista al respecto.
TN organizó un encuentro entre Leonardo Grosso, diputado del Frente de Todos y presidente de la Comisión de Recursos Naturales y Ambiente; Jorge Vara, diputado radical de Juntos por el Cambio; Enrique Viale, abogado ambientalista; y José Luis Tedesco, productor rural. El objetivo era el intercambio de ideas y exposición de posturas al respecto.
Qué son los humedales
Los humedales son zonas de tierra inundadas de forma temporal o permanente. En la Argentina, abarcan aproximadamente el 21,5% del territorio (600.000 kilómetros cuadrados) y su destrucción se debe al avance de la frontera ganadera, emprendimientos mineros, inmobiliarios o a la propia degradación del ambiente por la crisis climática. Con su destrucción se pierde vegetación y fauna y se libera el carbono que contienen.
“Hay algunas definiciones que nos pueden llevar a una situación peligrosa de que porque solo hay un poco de agua abajo es considerado un humedal. Con un criterio estricto y ortodoxo y si el inventario tienen la intencionalidad de marcar como humedales la mayor cantidad posible, Corrientes puede quedar con la mitad de la provincia dentro de uno”, dijo Jorge Vara, señalando que “no es claro el porcentaje”.
Leonardo Grosso, por su lado, sostuvo que en 1971 se creó una definición científica en una convención en Irán y que, con los avances de la ciencia, en 2016 la “modernizaron”. “Convocados por la secretaría de Ambiente, científicos, expertos y universidades adaptaron la definición e incorporaron los mecanismos de la ciencia. La característica es que por momentos tienen agua y por momentos no”, explicó.
Y agregó que marcar diferencias para definirlos es “hacer trampa para dejar algunos humedales afuera y postergar la ley”. En tanto, Enrique Viale afirmó que el proyecto se bada del “consenso científico de los mejores especialistas de países de Latinoamérica”.
José Luis Tedesco dijo que hay varios suelos que solo por tener “rasgos hidromórficos” no deberían ser considerados como tal. “No puede haber una sola definición”, resaltó.
Cuáles son los argumentos de la ley de Humedales
“Esperamos que el Congreso pueda resolver diez años de debate”, pidió Grosso. Es que desde 2013 se presentaron diferentes proyectos de ley, pero ninguno prosperó y todos perdieron estado parlamentario.
“Es fundamental una ley que proteja y regule la actividad social, deportiva y económica en estos ecosistemas que son tan importantes para la preservación de la vida y que vienen siendo muy agredidos por distintas circunstancias”, argumentó.
“Queremos que haya una norma que regule estos ecosistemas. Protegerlos es clave para defender la producción y venimos luchando a pesar del lobby que hay detrás”, subrayó Enrique Viale. Y aunque Jorge Vara cree que es “necesaria la aprobación de la ley” señala que “el problema es la letra chica”.
A su turno, Tedesco señaló: “Estamos de acuerdo en el ‘qué’, pero no en el ‘cómo’. Necesitamos que la Argentina encuentre otros mecanismos de aplicación. Se habla de regulaciones, pero...¿quién regula? ¿de quién dependen esas regulaciones?”.
“Planteás un libre mercado. Los argumentos que esgrimen algunos sectores dan cuenta de que ni siquiera leyeron los proyectos que están en danza. La ley no plantea proteger todos los humedales, sino un estándar mínimo. El problema es que muchos gobiernos provinciales dicen que tienen estándares altos... Si nosotros tuviéramos en cada provincia esos estándares altos de protección, no estaríamos teniendo los problemas que tenemos”, lanzó Grosso.
El desafío: proteger los humedales y producir en simultáneo
“La ley no sale por los lobbistas”, expresó Viale. Y dijo: “En ese caso, hay que tener en cuenta que Vara es productor arrocero y tiene intereses económicos concretos detrás de la no sanción. También Tedesco es del agro negocio y tiene intereses contrarios”.
Tedesco respondió: “Hay que distinguir la protección de la conservación; la protección impide cualquier tipo de acción sobre ese ecosistema y nosotros tenemos que dar sostenibilidad. Dos terceras partes de Argentina están en estado prácticamente silvestre, 40 millones de hectáreas están protegidas hoy”.
Enseguida el abogoado ecologista lo cruzó: “No prohíbe las actividades, sino que se pide que se adapte a los paradigmas del siglo XXI”. Y Grosso agregó: “Los servicios ecosistémicos que brindan los humedales de la propiedad privada, por más que seas el dueño del campo, los recursos son de todos”.
Entonces, Tedesco trajo a cuento otras leyes que no tuvieron los resultados esperados: “Antes de que se implementará la ley de los Bosques, la tasa de deforestación bajó cuando empezó a bajar el precio de la soja. Es decir, actuó por los incentivos que hubo. Una vez que sancionó, en Formosa la deforestación creció. ¿La ley con las regulaciones que plantean, sirvió o no? ¿La ley del manejo de fuegos previno los incendios en Corrientes?”.
Pese a las idas y vueltas hubo un concepto en el que todos coincidieron con Vara: “Es posible mantener un cuidado de los ecosistemas y producir en simultáneo, pero no por voluntarismo de los productores, sino por la presencia eficiente que tiene que tener”. Los cuatro acordaron en la necesidad de sancionar la ley pero “con una regulación basada en conocimiento”.
