El juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, tiene al país a la espera del veredicto para los ocho rugbiers imputados. Entre los testigos claves que pasaron por el Tribunal de Dolores, se encuentra Tomás D’Alessandro.
Además de amigo de la víctima, el joven fue agredido aquella noche de terror afuera de “Le Brique”, el boliche en el que comenzó todo y donde vio lo peor: cómo Fernando era brutalmente agredido. Tomás no solo se presentó a declarar, sino que también presenció once de las trece audiencias.
Exalumno del Colegio Marianista al que asistía Fernando, ubicado en el barrio porteño de Caballito y al que Graciela Sosa, madre de la víctima, lo destacó como una persona muy cercana a su hijo. “A Fer le encantaba ir a su casa”, dijo sobre el vínculo entre ambos. Tomás quiso defender a Fernando, pero no lo dejaron.
El testimonio de Tomás D´Alessandro
Fue el 3 de enero que Tomás dio su testimonio durante 25 minutos y frente a los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, dijo que vio caer a Fernando y que, cuando trató de defenderlo, “ligó” tres trompadas y quedó boca abajo. “Ahí me empezaron a pegar. Me agarré de las piernas o del pantalón de uno de los agresores. Después me solté y me pegaron una patada y, cuando me reincorporé, quedé cara a cara con un sujeto de contextura robusta al que, a partir de los videos, identifico como Lucas Pertossi”, recordó de aquel entonces.
Por su parte, el forense Diego Duarte, que practicó la autopsia al cuerpo de Báez Sosa, constató sus lesiones y las del resto de los amigos de Fernando en un informe. A diferencia de los demás, las de D’Alessandro eran múltiples.