Además de la pandemia, el 2020 fue un mal año para el Río Paraná y para todas las ciudades costeras que se ubican en su margen. Con un descenso histórico de su caudal, hubo momentos donde la bajante generó una gran preocupación sobre todo en Paraná donde se temía por el abastecimiento de agua para la ciudad.
En abril, nuestro río alcanzó el nivel que se registró hace 49 años: 50 centímetros y en ese momento se preveía que continúe descendiendo, algo que finalmente ocurrió. Así en mayo descendió hasta los 14 centímetros y el 22 de noviembre pasado volvió a bajar hasta los 19 centímetros de altura. Sin embargo, desde entonces hasta ahora se registró un paulatino ascenso que llevó a que hoy el río se ubique en 1,24 metros frente al puerto local.
Sin embargo, desde el Instituto Nacional del Agua (INA) indicaron a ElOnce que la altura media en diciembre es de 3,19 metros, es decir que el río en la capital entrerriana sigue estando dos metros por debajo de lo que sería considerado normal para esta época del año.
Se informó además que “la evolución de los caudales provenientes de las altas cuencas dependerá fuertemente de las lluvias sobre las áreas de respuesta hidrológica más rápida”. Confirmaron además que “la perspectiva de corto plazo sigue siendo desfavorable. No se esperan eventos que puedan aliviar sensiblemente la situación de escasez y bajante que predomina en la región”.
