El reloj, que forma parte de la identidad de la ciudad y del paisaje del casco histórico, presenta un deterioro progresivo tras años sin intervenciones: vidrios rotos, números borrados, corrosión en pesas, campanil y martillos, además de problemas mecánicos por la falta de mantenimiento.
Un símbolo en recuperación
“El reloj del Palacio es una maquinaria muy antigua y está muy deteriorado. Por eso se encarará una recuperación completa, tanto en lo estético como en el funcionamiento interno”, explicó el secretario de Planificación e Infraestructura, Eduardo Loréfice.

La obra buscará resguardar las características originales del conjunto, empleando materiales compatibles con la arquitectura del edificio y técnicas que permitan futuras intervenciones sin comprometer su integridad.

Cómo será la intervención
El proyecto contempla:
- Limpieza y tratamiento a la cal de los paramentos interiores y exteriores de la torre
- Retiro, ajuste y puesta en valor de la maquinaria del reloj
- Reemplazo de la estructura metálica de las esferas
- Sustitución de vidrios por policarbonato de 8 mm
- Reparación de minuterías, transmisiones y agujas
- Adecuación del campanil y sus elementos
- Nueva instalación eléctrica para mayor seguridad y eficiencia
El plazo estimado de ejecución es de cuatro meses.

































