Jorge Martínez Arias fue maestro, desempeñó su profesión en la educación rural, también fue funcionario público entre distintas labores. Tras jubilarse, se propuso regresar a Hernández, la localidad que lo vio nacer. Pero el medio de transporte elegido no fue ni auto ni colectivo ni avión, sino que está relacionado a una de sus tantas pasiones, además del periodismo, la docencia y la poesía: el vínculo jinete-caballo.
Es así que el entrerriano emprende la vuelta a sus pagos acompañado de dos caballos criollos, su esposa Mónica Cobelli, su amigo José María Basso y el cineasta Kiran Sharbis. Junto a estas personas, jineteará 1450 kilómetros desde San Patricio del Chanar de la provincia de Neuquén hasta la ciudad ubicada en el departamento Nogoyá.
Jorge vive en la jurisdicción del sur argentino desde 1981 cuando decidió mudarse para dedicarse a la educación rural. En su primer matrimonio tuvo tres hijos y con Cobelli, su actual cónyuge que lo acompaña en esta travesía, concibieron a una niña.
“Un año después de instalarme en Neuquén llegó mi hermano. En ese momento yo era docente en una escuela rural que ya no existe más. Mi hermano es un domador de caballos, aplica un amanse del tipo racional. Yo también estoy convencido de que el amanse del animal tiene que ser racional y no a golpes, ni maltratos. En ese momento él no conseguía trabajo y quería volver a Entre Ríos. Entonces le comenté ‘subite a los caballos y yo te acompaño’. Pero después lo contrataron y decidió no volver. Desde entonces me dije; ‘algún día voy a hacer el viaje yo’, comentó Jorge según publicó Clarín.
Bitácora de la travesía
La aventura comenzó, según informó su esposa Mónica vía redes sociales, “el 1 de marzo de 2024 -precisó- hora 06:00 salimos desde la picada 1 en San Patricio del Chañar, provincia de Neuquén. Allí haremos un pequeño acto con la bendición del diácono Héctor Werro, hacia la provincia de Entre Ríos”. La mujer de Jorge ponderó la hazaña como “una experiencia única, una vivencia sin igual”.
Jorge también da cuenta de cómo va su recorrido desde el sur hasta el centro del país. En su cuenta de facebook relató alguna de sus primeras vivencias, como su llegada a General Acha el 14 de marzo, ocasión en la que fueron recibidos por Marina y Fabián Klein de la Escuela Ecuestre Liwen que educa a más de 80 alumnos desde los 3 años en adelante.
“Un espacio hecho a pulmón con el apoyo del comercio, papás, adherentes, simpatizantes”, destacó Jorge que se mostró conmovido por las experiencias de su retorno a Entre Ríos. “Vamos encontrando en el camino estos proyectos donde hay gente que no sólo trabaja para sí, sino para los demás. Ahí está la diferencia. Nos entusiasma tanto poder ser vínculo con otros, con aquellos que siempre apuestan a que la sociedad puede ser mejor cada día, más inclusiva, solidaria de verdad”, afirmó.
Expresó que “esta Travesía a Caballo agradece a cada uno de los que se acercan en el camino, nos detienen en las rutas, nos ofrecen alojamiento, nos reciben con el corazón abierto, nos animan a continuar, a seguir andando a caballo llevando el cuidado en todo sentido de ellos, a no detener nuestros pasos por más que sean más lentos, muchísimos más lentos que los de la mayoría. Que soñar es posible”.
Días mas tarde, el 17 de marzo Jorge volvió a comentar otra experiencia a través de una publicación que tituló “Desde Neuquén a La Pampa los km miden más”. Allí, relató cómo transita su paso por esa provincia.
“En esa distancia, despacito, con los ojos vista encontrando territorio, suelos de diversidad, jarilla, zampa, algarrobos, chañares, caldenes y en una brisa que se cruza de alambrado a alambrado para sostenerse del este, voy andando con los criollos que saben de historia de andar caminos”, comentó.
Este lugar, a Jorge le hizo recordar su juventud en Entre Ríos o, en sus palabras, “me mando para los adentros, y recorre la memoria esos días de tropas por Tres Esquinas, Algarrobitos con el ‘Rojo Cortina’ y Benigno mi padre, el Negro Brey hasta Nogoya con vacas criollas guampudas, un par de novillitos y un toro ariscaso y resongón. Los caballos seguros, creo uno de ‘bocao’, siempre el ‘Rojo’ mantenía esa condición de criollo y gaucho conocedor, con un soltar de humoradas como para reírse de uno mismo”.
“Desde Neuquén hasta La Pampa los km se hacen largos, extensos, tiene otros mirares de a caballo”, concluyó su crónica.
Jorge lleva 22 días de jineteada a caballo en el marco de su retorno desde el sur del país a la localidad de Hernández, su tierra de origen, pero también de su padre Benigno, el “Rojo Cortina”, el Negro Brey y tantas otras personas que lo acompañan en la memoria durante su recorrido por caminos que lo llenarán de vivencias que luego podrá inmortalizar a través de sus relatos, mate de por medio, en su querida Entre Ríos.