Los fiscales que investigan al ex sacerdote "payador" Marcelino Moya, acusado por abusar de menores en una parroquia de Villaguay entre 1992 y 1997, adelantaron que pedirán entre 15 y 20 años de prisión efectiva en el juicio que comenzó el jueves en Concepción del Uruguay.
El juicio se inició con la declaración de Pablo Huck, una de las víctimas, y de dos ex compañeros, ante los jueces María Evangelina Bruzzo, Fabián López Moras y Melisa Ríos que integran el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Concepción del Uruguay.
Los abogados Mauro Quirolo y Juan Manuel Pereyra asumieron el rol de fiscales en el caso en reemplazo de la fiscal Nadia Benedetti, de licencia por maternidad.
En diálogo con la prensa, Quirolo detalló que van a proponer "prisión efectiva por corrupción agravada de menores y abuso sexual simple agravado", con una pena que irá "entre 15 y 20 años" pero si surgen "otros elementos durante el debate se va a cambiar".
Asimismo, señaló que por parte de la fiscalía pasarán "más de 20 testigos" entre los que se encuentran "psicólogos y profesionales del poder judicial que trabajaron con las víctimas sobre pericias psicológicas", testimonios que calificó como "muy importantes".
Quirolo sostuvo que el pedido de prescripción es "una cuestión ya tratada y que fue negada por tres jueces distintos, aunque están "preparados si se plantea nuevamente".
Huck, uno de los dos denunciantes, declaró durante más de dos horas y media y no recibió preguntas ni por parte del Tribunal, ni de la defensa del sacerdote.
"Si bien me angustié y la voz se me quebró, siento que pude ser claro, preciso, conciso" aseguró al salir y remarcó que "quería que Moya estuviera ahí, que escuchara todo lo que tenía para decir, quería putearlo y lo pude hacer".