Durante el mes de septiembre se registró la marca más baja en la historia del río Paraná, pero como consecuencia de las lluvias que cayeron en la región esta situación se revirtió y se mira de reojo la etapa de alerta.
El 25 de septiembre, el río llegó a la marca de 1,56 metros, lo que generó inconvenientes para la navegación, hizo peligrar la temporada de playas y alertó en torno a la provisión de agua potable. Pero en noviembre, este escenario está muy lejano ya que el Paraná está midiendo 4,04 metros.
Este cambio en el paisaje del río fue como consecuencia de las lluvias que se registraron en el norte de la cuenca, sumado al agua que cayó en los últimos días en la región. Prefectura informó a Elonce, que en 50 días el río creció 2,48 metros.
Ahora, se sigue de cerca la situación ya que se alejó de la marca mínima pero se acercó a la etapa de alerta fijada en 4,70 metros. Se estima que el Paraná podría seguir creciendo durante las próximas semanas como consecuencia de las abundantes precipitaciones.