Javier Orlando Batista (42) llegó al juicio en libertad, por lo que se ordenó su inmediata detención y alojamiento en la Unidad Penal II. Los familiares y allegados de la víctima se congregaron frente a la sede judicial a la espera del veredicto.
Ya que luego de testificar en la primera audiencia, la víctima Yenifer Guayaré (29), padeció una descompensación entonces por recomendación médica,no asistió al Tribunal y aguardó la sentencia en su casa. Su hermana Johana Guayaré, a través de una videollamada, fue quien le confirmó la pena dispuesta por el cuerpo integrado por los jueces Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Miguel Orlando Moreira.
A través de la videollamada, Yenifer expresó entre lágrimas “Es la mejor noticia. Por fin se hizo justicia. Gracias a Dios y a todos los que me apoyaron en estos años. Mil gracias realmente a mí familia y a todos los que estuvieron conmigo en esta lucha. Estoy muy emocionada” que también agradeció a las personas que aguardaron el veredicto en el lugar con pancartas en pedido de justicia
“Nunca tendrá la movilidad ni recuperará el 100% de sus funciones”
Así afirmaba el médico Santiago Balderrama que operó a Yenifer en el hospital Madariaga de Posadas luego de caer al suelo tras recibir un golpe por parte de Batista, su pareja en ese momento, que le ocasionó una lesión gravísima.
Ocurrió el 15 de diciembre del 2016, en la vereda del Club Cooperativa de Oberá, donde Batista y Yenifer asistieron a una cena de fin de año organizada por la empresa en la cual trabajaba el padre del acusado.
En un momento de la velada discutieron, salieron y el fisicoculturista agredió a la mujer, ocasionándole un daño irreparable en la columna cervical, al extremo que quedó cuadripléjica y debe movilizarse en silla de ruedas.
El hecho no tuvo testigos presenciales, más allá de la madre y hermana del imputado, lo que resultó subjetivo para la Justicia, en su alegato la fiscal Estela Salguero consideró creíble la acusación de Guayaré y solicitó una pena de nueve años de prisión.
La defensa de Batista insistió en la inocencia de su cliente, argumentando que la víctima estaba alcoholizada y se cayó sola. También hicieron hincapié en un tumor preexistente que presentaba Yenifer, cuya existencia desconocía y pudo desencadenar la parálisis que la aqueja.
El médico forense Horacio Marín precisó que la caída “tuvo que tener la suficiente intensidad para producir una lesión”, lo que puso en dudas que un simple tropezón haya derivado en tremenda consecuencia.
Según la fiscal Salguero afirmaba que “ese golpe que recibe la hace caer, le produce un desplazamiento de la cuarta y quinta vértebra cervical, con tal mala suerte que tenía un tumor (osteoma), cuya existencia desconocía, que se desplaza y produce la inmovilidad de sus miembros y una incapacidad permanente”
También agregó que en su denuncia la víctima manifestó que la relación siempre fue conflictiva por los celos, el carácter fuerte y prepotente del implicado.
La víctima en su denuncia expresó “Él sale y salgo detrás de él, intento tomarle del brazo para que él no se vaya; pero me agarró del cabello, siendo lo último que recuerdo. Ya cuando me desperté estaba en el piso, tirada en un charco de sangre y él me estaba asistiendo”
Salguero remarca que “No hay testigos presenciales de lo ocurrido, por eso considero que los dichos de Yenifer son reales, son veraces. Ni en todas las veces que declaró ni en toda la investigación de la causa ni acá en la sala se observó que haya habido fabulación en sus dichos ni que haya mentido o querido perjudicar a Javier”
Luego de lo ocurrido las acciones del acusado lo complicaron aun mas.
“Hay una situación muy llamativa en la actitud de Javier, que en todo momento dijo que la ayudó y que la llevó al hospital, lo que es verdad, pero en el hospital quedó sola. Llamativamente Javier se fue. Ella tiene padres, hermanos, una tía que trabaja en el hospital; pero se fue y no llamó a ningún familiar. Una enfermera llamó después a la tía. La hermana que estaba con él tampoco hizo nada para que los familiares pudieran enterarse de lo que le pasó a Yénifer. Indudablemente tomó esa decisión porque a él le beneficiaba. Todo esto proviene de una persona agresiva y violenta”, remarcó la fiscal.
También se refirió al testimonio de Paola Ramírez, ex pareja de Batista que declaró el miércoles y lo acusó de violencia:
“Nos reveló lo que sufrió estando con este sujeto, nunca lo nombró. Cuando lo miraba decía este sujeto. Y dijo que era muy agresivo, muy violento, una persona dominante y de permanente hostigamiento. Yo era de su propiedad, dijo la testigo. Que tenía que hacer todo lo que él decía, y contó una situación de mucha violencia que le ocurrió en una oportunidad que una persona llegó a su domicilio para entregarle un currículum y que Javier la acusó de mantener una relación. Aunque hubiera sido una infidelidad, jamás debió actuar así, apretarle el cuello, tirarla al suelo, tirarle a la cama, pegarle con un cinto, amenazarla de muerte”
Asimismo, citó que el informe psicológico lo define como una personalidad obsesiva y con dificultad para manejar sus impulsos. Que es autoritario y que podría tener reacciones muy agresivas.
La fiscal Salguero concluyó que existen elementos para acusar al fisicoculturista.
Remarcó que “Todo esto demuestra que la víctima no cayó sola. Esa noche Javier dio rienda suelta a sus impulsos, a su agresividad. Descontrolado por los celos golpeó a Yénifer, que cayó con tal mala suerte que teniendo ese tumor le produjo una incapacidad permanente. No hay ninguna duda de que Javier le imprimió un golpe”