El profesor de un colegio privado de Neuquén generó un gran debate al entregarle a sus alumnos un reconocido libro para leer. Familiares de los estudiantes se quejaron con la institución ya que uno de los capítulos describe una escena sexual de forma explícita.
Este escándalo se abrió paso en segundo año del secundario Pablo VI. El reclamo de los tutores llegó hasta el Consejo Provincial de Educación por la reconocida obra “Cometierra”, de Dolores Reyes.
Su libro, con una positiva crítica a nivel nacional, trata de una niña vidente que puede comunicarse con los muertos y a la que muchos vecinos desesperados recurren. Este don sólo funciona cuando la joven come tierra, de ahí su título.
Uno de los capítulos divulga una escena sexual y, de forma indirecta, explaya un debate feminista que posiblemente haya pasado desapercibido por los indignados padres de los estudiantes neuquinos. Los mismos calificaron la reconocida obra como no apta para sus hijos.
El reclamo de estas familias se dirigió a la supervisora de Nivel Medio del CPE, Karina Aguilar. No obstante, la mujer sostuvo que el libro “Cometierra” está dentro de la currícula de ese año para el nivel secundario y se refiere a las problemáticas de manera metafórica, según informó LM Neuquén.
En base al escándalo que generó ese capítulo, Aguilar explicó: “Apunta a un análisis de la vida cotidiana desde un realismo fantástico, es decir trata temas como el femicidio, diferentes tipos de violencia, etc., con una mirada fabulística”. Pidió analizarlo como un todo, porque si bien es de lectura ágil, no es tan fácil de comprender y, por ende, no debe tomarse literalmente.
Qué dice el capítulo del “libro porno” que generó debate en una escuela privada de Neuquén
Por más que la esencia del libro no pasa por lo sexual (ni siquiera es el objetivo de ese mismo capítulo que fue foco de quejas, según ha explicado la autora), familiares de los alumnos a quienes se les encomendó leerlo se mostraron indignados. Si bien relata una escena sexual explícitamente, se trata de una metáfora.
“Nos soltamos la boca. Nos reímos más. Ezequiel se quitó la camisa rapidísimo y su mano volvió a tirar del nacimiento de mi pelo. Me recliné un poca, apoyándome en los codos, y el volvió a reírse. Con la mano libre, se desabrochó el cinturón, bajó el cierre del pantalón y se lo quitó. La otra mano se cerró en mi nuca. No me podía mover”, arranca relatando.
Luego, la escritora continúa describiendo: “Tiró de mí. Saco su pija por encima del bóxer y me la acercó a la boca. Me dejé llevar a un beso tan suave como si lo que besaba fuese una lengua. Le bajé el bóxer del todo La piel que tocaba me gustaba. Podía apretarla con los labios mientras la pija jugaba en mi boca y se iba hundiendo. Ezequiel me miró chupar y yo también lo miré a él. Me agarró la cabeza con las dos manos. Mantuvo un rato la presión, hasta que en un movimiento sacó su pija de mi boca y sus manos buscaron mi cadera”.
El texto, que continúa varios párrafos más, disgustó a las familias y presentaron la queja por escrito. No obstante, el profesor de Lengua y Literatura que brindó el libro decidió responderles: “El libro ha sido pensado para trabajar temas de suma importante para mí, para la escuela y para el sistema educativo, como son el consumo problemático de alcohol y drogas ilegales, la violencia de género, las relaciones familiares y las relaciones amorosas”.
“El texto aborda estos temas de forma clara sin ambigüedades. Por ejemplo, las relaciones sexuales que aparecen en el texto son consentidas y en el marco de una relación de amor con un desarrollo previo extenso”, explicó.
Después argumentó que busca poner en velo temas que rodean a sus estudiantes como comunidad. Busca hacerlos debatir, cuestionarse varias reglas impuestas y aprender valores.