Los cuerpos del andinista mendocino Ignacio ‘Nacho’ Lucero y los pampeanos Raúl Espir y Sergio Berardo fueron recuperados el miércoles del cerro Marmolejo, en Chile, y según un especialista habrían sido alcanzados por una fuerte ráfaga de viento conocido como “El latigazo del diablo” que le provocó la muerte casi inmediata.
El guía mendocino y los dos funcionarios de La Pampa permanecen en el Servicio Médico Legal de Chile, donde después de realizarles las autopsias podrán ser repatriarlos.
Según la hipótesis principal que se maneja, murieron congelados luego de haber hecho cumbre.
Qué dijeron los rescatistas al encontrar a los andinistas
Por el último mensaje que mandó el conocido instructor de montaña mendocino desde su dispositivo satelital Inreach, partieron hacia la cumbre a las 9.10 del viernes 1 de diciembre, cuando estaban a 5.891 metros de altura, y debían llegar a los 6.108 metros de altura sobre el nivel del mar para llegar a la cima.
Y tras cumplir el objetivo comenzaron el descenso. Y todo indica que poco antes de llegar al lugar de partida murieron como consecuencia de las adversidades meteorológicas de esa altura.
Según los rescatistas, que vieron cómo habían quedado los cuerpos a 5.900 metros de altura, estaban estirados como si hubiesen intentado escapar de algo.
Y se estableció que, en la jornada del descenso, la temperatura era de -34 grados de sensación térmica y el punto de congelamiento de sólo 11 minutos.
“El latigazo del diablo” como la causa de las muertes
La pareja de Nacho Lucero, María Fernanda Martínez, explicó en una entrevista a Canal 7, la posible causa de muerte del andinista. Según contó Lucero, Espir y Berardo hicieron cumbre en el cerro Marmolejo y murieron cuando descendían.
La mujer contó que la información que les dieron fue que posiblemente “vino una ráfaga que le dicen ‘latigazo del diablo’ y los congeló. Nacho intentó salvarse porque lo encontraron estirado, si hubiese estado en posición fetal, acurrucado, era porque se dejó morir”, explicó.
Los rescatistas del GOPE de Carabineros de Chile bajaron a los andinistas y se reencontraron con sus familiares, y en ese momento ella notó que Nacho Lucero tenía una sonrisa en su rostro.
“Él prefería morir en la montaña antes que morir en un hospital o en cualquier otro lado”, afirmó María Fernanda, quien además dijo que seguramente cremarán a ‘Nacho’ y lo llevarán al Cementerio de los Andinistas en Aconcagua, junto a su incondicional perro Oro quien lo acompañó en sus aventuras de montaña.
Las características de lo que llaman “El Latigazo del diablo”
Según posteó en su cuenta de Twitter el reconocido meteorólogo Maximiliano Viale, quien es investigador en Ciencias Atmosféricas del Ianigla, Conicet, las causas de los decesos coinciden con el concepto de muerte revelado por la pareja de Lucero.
“Temporal de mal tiempo con sensación térmica de -34°C y tiempos de congelamientos de 11 minutos previo a los decesos de los andinistas en el cerro Marmolejo a 6.000 metros de altura. Valores normales en la cima del Everest”.
Luego, Viale escribió en su blog personal una publicación más extensa y detallada sobre las condiciones meteorológicas que provocó las muertes de los andinistas en el cerro Marmolejo.
En su exhaustivo informe, tomando de referencia el último mensaje emitido por Lucero “Estoy empezando el viaje”, el meteorólogo detalla: “Las observaciones más cercanas posibles provenientes del globo sonda lanzado a las 9 am. del mismo día prácticamente a la misma latitud en las costas de Chile, en la ciudad de Santo Domingo, y que en su ascenso registra las variables meteorológicas en altura, demuestran las condiciones extremas de frío y vientos reinantes a los 5.900 metros de altura cuando fue emitido el mensaje”.
“Temperaturas de -17.2°C a los 5.800 metros y vientos 50 km/h. corriente arriba de los Andes. Es de esperar que el viento podría haber sido aun de mayor intensidad en su ladera a barlovento y a muy pocos metros de la cresta de los Andes, debido a un efecto de aceleración de los vientos del Oeste al atravesar la barrera de 5.000 metros de altura, conocido como efecto de Bernoulli. Estas condiciones extremas permanecieron durante el 1 y 2 de diciembre, con temperaturas cercanas a -15°C y vientos del Oeste incrementándose a 90km/h”, explicó Viale.
El investigador se basó en métricas que cuantifican la potencial extremidad de las condiciones meteorológicas en alta montaña, como la sensación térmica y el tiempo de congelación repentina y concluyó: “La situación reinante por la cual pasaron los montañistas fueron muy extremas. Usando los datos, observado por el radiosondeo, con temperaturas de -17.2°C y vientos de 74km/h., la sensación térmica habría alcanzado -34°C, mientras que el congelamiento repentino habría sido de tan solo de 11 minutos. Dichos valores estimados a los 6.000 metros de altura en las cercanías del cerro Marmolejo se corresponden con los valores promedios estimados para las cercanías del monte Everst de 8.848 metros de altura”.
En resumen, Maximiliano Viale concluyó: “Las observaciones meteorológicas soportan la hipótesis de que los montañistas muy probablemente no pudieron soportar dichas condiciones extremas, posiblemente operando con cansancio extremo o mal agudo de montaña. Los registros indican también que bajo situaciones de pasajes de sistemas de mal tiempo intensos para la época estival en la cresta de los Andes de Cuyo y Chile central, pueden ser semejantes a las situaciones normales o típicas a la cima del Everest en el verano boreal. Lo cual resalta lo importante o vital que puede ser para la planificación previa de la expedición contar con un buen pronóstico del tiempo. Normalmente las expediciones en nuestra región o para el cerro Aconcagua, no llevan el mismo equipamiento y vestimenta que para el monte Everest”.