“Elegante, seductor, fachero, carismático, exitoso, adinero”, así se presentaba en las redes sociales quien en realidad es un carnicero, Pablo Arancibia (33), el imputados junto a su pareja por el femicidio de la adolescente Florencia Romano (14) ocurrido en Maipú.
En el perfil, en el que se comparaba con Brad Pitt, el carnicero también colocó un auto de alta gama. Todos esos elementos los utilizaba Arancibia para captar la atención de las jovencitas pero no dieron resultado. El problema es que utilizaba Facebbok, una red que no es utilizada por los jóvenes hoy en día.
Ante los malos resultados mudó la información falsa y las malas intenciones a Instragram, y ahí encontró lo que buscaba.
La práctica habitual de Pablo Arancibia era buscar menores de edad y contactarlas por chat privado, como fue el caso de Florencia.
Cuando la adolescente todavía era buscada, se filtraron capturas de pantalla de mensajes acosadores que Arancibia había enviado durante tres años a una adolescente.
El primer intento de contacto virtual comenzó en 2017, cuando la joven tenía 17 años y el acusado 30. Pese a que la adolescente nunca respondió a las insistentes invitaciones de Arancibia, él continuó hostigándola hasta el 4 de diciembre pasado.
Un dato escalofriante: tan solo un día después del crimen de Florencia, Arancibia le escribió a otra menor. Esa adolescente que resultó ser amiga de la víctima reveló que el acusado había intentado seducirla y convencerla de verse.
Los chats del horror
En uno de los tantos mensajes podía leerse: “Soy soltero, tengo un BMW, sin hijo”. Le seguía la foto de un fajo de billetes al que añadía una invitación para “dársela en la pera”. Y así también memes y stickers desagradables y machistas.
Arancibia jamás recibió una respuesta de la chica pero ello no le impidió seguir acosándola. Finalmente, el último 4 de diciembre la adolescente le escribió: “Dejá de fantasmearla”. Los chats se hicieron virales en Twitter y despertaron repudio generalizado.
Antecedentes
Si bien no hay denuncias por parte de su actual pareja, Micaela Méndez (27), también imputada como coautora del femicidio de Romano, Arancibia arrastra varios roces con la Justicia por violencia de género y advertencias de muerte.
Nunca pasó por la cárcel. En 2011, cuando el sujeto tenía 23 años, una adolescente de 15 años lo denunció por amenazas. De acuerdo a lo precisado por las fuentes consultadas, Pablo Arancibia había amenazado a la chica con asesinar a su madre y a quien cuestionara la relación.
Al poco tiempo, en 2014, el hombre agredió a otra mujer. En este caso se trató de una joven de 25 años, novia por entonces. La mantuvo cautiva unos tres días en la casa que compartían en Maipú. Pese a que la víctima hizo la denuncia formal y que Arancibia quedó imputado por privación ilegítima de la libertad, Arancibia siguió con su vida con absoluta normalidad.
*Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.