La historia de Camila Sofía Ibarra Salazar se hizo viral hace ya un tiempo. La joven conocida como “Camilita” fue noticia por vender fotos y videos hot de ella misma desde la cárcel de mujeres de Cacheuta, Mendoza, en donde estaba esperando su condena por su participación en el asesinato de un proxeneta en 2020, la cual recibió este miércoles 8 de marzo, otorgándole 13 años de prisión.
Ante la polémica, las autoridades del Servicio Penitenciario registraron su celda y le quitaron el celular para que no siguiera generando contenido, lo cual estaba prohibido. Sin embargo, la joven se las arregló para poder seguir haciéndolo.
Su trabajo se etiquetó como un “falso OnlyFans” u “OnlyFans tumbero” ya que el mecanismo de venta supone ser semejante a la de la famosa plataforma de contenido erótico. La joven de 22 años promociona su contenido a través de Facebook, donde los interesados la contactan y se genera el intercambio.
Se descubrió que la plata para pagar el material era depositada en una cuenta de Mercado Pago a nombre de la madre de Camila. La convicta tiene un hijo pequeño, por lo que se supone que el dinero podría haber sido para que la familia cuidara de él.
De hecho, en su momento, la joven había hecho el pedido de prisión domiciliaria que justificó diciendo que su hermana podía prestarle su casa y allí podría cuidar de su hijo. Sin embargo, la solicitud fue denegada.
Cuál fue la condena de “Camilita”, la convicta mendocina que vende contenido hot desde la cárcel
Por el asesinato de un proxeneta en un prostíbulo de Ciudad de Mendoza, ocurrido en mayo de 2020, Camila Ibarra fue detenida como la planificadora del golpe y, según lo que informó Diario El Sol, las pruebas en su contra eran contundentes. Debido a esto, prefirió acceder a un juicio abreviado final, en el que su defensa acordó la pena con la Fiscal de Homicidios, Claudia Ríos.
El juez Ramiro Salinas dictó el pasado miércoles 8 de marzo una condena de 13 años y cuatro meses de encierro para la joven. En la audiencia, también le dieron la misma pena a una de sus cómplices, María Fernanda Albares.
Esto extendería su estadía en prisión. El penal de Cacheuta se convirtió en su hogar en los últimos 3 años y, a pesar de severas amenazas que recibió a través de Facebook y WhatsApp, la joven no cesó con la venta de fotos eróticas.