Dos mujeres mendocinas, Tina Tosolini y Alicia Cabral, que practicaban tracking por los senderos hacia la Cascada del Ángel, en Potrerillos, hallaron a un joven cóndor andino en la tarde de este domingo. El ejemplar no podía volar y ante el mal estado en que se encontraba el animal recurrieron a la Fundación Cullunche (ONG).
Éste organismo dio aviso a Fauna Silvestre de la Secretaría de Recursos Naturales Renovables, para articular el operativo de rescate.
El rescate del cóndor andino
En un primer rastrillaje por parte de Destacamento de Gendarmería de Los Árboles, ya anocheciendo, se recurrió a un segundo en horas de la mañana de este lunes. Al encontrar el ejemplar fue trasladado al centro de recuperación y rehabilitación de Cullunche.
Allí, la veterinaria Jennifer Ibarra se encargó de realizar una primera revisación exhaustiva, intentando determinar las causas por las que el ave se encontraba en el suelo y no podía levantar vuelo.
Según los primeros estudios que se le hicieron, aparentemente el cóndor habría presentado una intoxicación. Además, descartó la presencia de perdigones (proyectiles y restos de disparos) en la radiografía.
Durante esa misma mañana se sedó al ave con anestesia inhalatoria y se tomaron muestras de sangre. Junto con la radiografía, se le colocó al ejemplar el microchip, se lo medicó con protocolo para intoxicación y también se lo hidrató.
De acuerdo al último parte, el cóndor se encontraba un poco más estabilizado y desde Cullunche estaban analizando trasladarlo a un recinto un poco más amplio para seguir observando su evolución.
Qué lo habría dejado sin volar
La primera hipótesis de los profesionales indica que el cóndor habría ingerido alimento envenenado, quedado tendido y con un principio de intoxicación. De acuerdo a testimonios de pobladores- algunas personas estaban colocando en el lugar estas sustancias para que coman los perros de la zona.
Desde hace ya varios años, entidades ambientalistas y vinculadas a la protección de la fauna y del medio ambiente reclaman por una ley que, a nivel nacional, permita la trazabilidad de los agrotóxicos. Esto permitirá tener no solamente los datos de cualquier persona que los adquiera sino, además, conocer dónde y con qué fines los utilizan. No obstante, al no avanzar la normativa, episodios de este tipo son cada vez más comunes (y riesgosos).