Germán Olivares, oriundo de Junín, debutó en las audiciones a ciegas de La Voz Argentina. Los jurados no giraron su silla, pero vivieron un momento único junto al participante.
El joven de 28 años se presentó con un look cuyano y explicó que “se debe a mis raíces folklóricas”: baila desde muy pequeño en guitarreadas y a los 12 años comenzó a estudiar.
Su madre, una de sus acompañantes, contó que cantar es su “don”, porque nunca fue a un profesor de canto.
Germán le dedicó su audición a su familia, a su pueblo y a sus tres “ángeles” en el cielo: su tío, su abuela y su padrino, a quienes perdió en los últimos tres años.
Los aplausos adornaron el comienzo de su interpretación de “Pisando nubes”, un tema cuyano. A pesar de que ninguno de los jurados giró su silla, le comentaron que les “encantó” su audición.
Al final del casting, cuando los músicos giraron, se sorprendieron con su outfit y le pidieron que bailara malambo.
Así fue como se generó un momento especial y recibió halagos: “¡Un genio total!”, dijo Lali; “¡Increíble!”, expresó Ricky Montaner.
El joven, quién hace shows privados, llevó un poncho para La Sole, quien en los festivales de Rivadavia Canta al País le hizo “revolear” el poncho varias veces. “Gracias, de todo corazón”, enfatizó la folklorista.
El juninense Germán Olivares es otro de los mendocinos que pasó por el certamen de La Voz Argentina y podrá tiene la oportunidad en la revancha que ofrece El regreso.