Estaba condenado por asesinar a su esposa y ahora lo sentenciaron por matar a su hijo

Juan Carlos García fue sometido a un nuevo juicio en el que declaró que también mató a su hijo de 20 años, desaparecido en el 2008.

Estaba condenado por asesinar a su esposa y ahora lo sentenciaron por matar a su hijo
Juan carlos García junto a su mujer, a la que asesinó. Ahora fue condenado por la muerte de su hijo. Gentileza

Un hombre que había sido sentenciado a cadena perpetua por el asesinato de su mujer en 2016, una modista del barrio Unimev, volvió a ser condenado tras un juicio abreviado en que se declaró culpable del homicidio de su hijo.

Juan Carlos García Capaddona de 56 años, se sometió esta mañana a un juicio abreviado tras declararse culpable fue condenado nuevamente a perpetua, pero esta vez por la muerte de su hijo Carlos Sebastián García que tenía 20 años cuando desapareció en 2008.

El fiscal de Homicidios, Carlos Torres logró el acuerdo con los abogados defensores oficiales de García Capaddona, Rubén Castro y Marian Gil Yoma y luego fue rubricado por el juez penal Gabriel Bragagnolo.

Ya durante el juicio que se desarrolló por el asesinato de Elina Ramona Carmona Meleán, de 57 naños, algunos parientes habían declarado que sospechaban de García como autor de la muerte del joven que había desaparecido sin dejar rastros dado que el último en verlo había sido el ahora condenado.

El mismo modus operandi

García Capaddona realizó ambos homicidios siguiendo el mismo modus operandi: en el caso de su esposa se presentó a una comisaría diciendo que habían entrado ladrones en su casa y su esposa había desaparecido. En el caso del hijo, fue a una oficina fiscal diciendo que lo había dejado en Rodeo del Medio para comprar droga y desde entonces le perdió el rastro.

El hombre había asesinado al chico con un arma de fuego cerca de El Encón y lo había enterrado, a pocos kilómetros donde dejaría, años después, el cuerpo de su mujer.

En 2011 aparecieron unos restos óseos cerca de la Ruta 142, tras ser analizados se determinó que pertenecían al joven desaparecido en 2008.

En marzo de 2016, García Capaddona había sido condenado a prisión perpetua por el asesinato de su mujer, una modista del barrio Unimev, Elina Ramona Carmona Meleán quien fuera asesinada en Lavalle en febrero de 2015.

En esa oportunidad los jueces Alejandro Gulé, Marcelo Gutiérrez del Barrio y Patricia Alonso lo declararon culpable de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por el vínculo. El caso nunca fue calificado como “femicidio”, ya que entre ambos cónyuges nunca se produjo ningún tipo de violencia previa al crimen.

Durante los alegatos el fiscal de Cámara Fernando Guzzo consideró que el imputado sacó a su mujer de la casa y la llevó a una zona despoblada de Lavalle, donde la asesinó con un arma calibre 22.

En aquella oportunidad Ramona Carmona desapareción el 28 de febrero de 2015, por la mañana de la vivienda que compartía junto a su esposo García y sus dos hijos en el Barrio Unimev.

El propio García avisó la desaparición de su esposa afirmando ante la Justicia y sus parientes que él salió de la vivienda y cuando regresó no encontró a su esposa ni a los 30.000 pesos que guardaba en la vivienda, y que las rejas y la puerta estaban abiertas.

Una hermana de la víctima fue la que denunció la desaparición en la Oficina Fiscal 9. Tras días de incertidumbre, el misterio se resolvió, según detalla una nota de Los Andes, cuando un hombre que había ido a cazar en la zona de El Encón halló los restos de una mujer.

Tras cotejos dactilares, los investigadores de la Policía determinaron que se trataba de Carmona.

García terminó en la cárcel cuando el responsable del lavadero de hortalizar donde trabajaba, declaró que le había pedido que si alguien preguntaba por él, dijera que el día del crimen habían estado juntos.

Según familiares de la mujer aseguraron que si bien García Capaddona era una persona de bajo perfil, los celos lo habrían llevado a matar a su mujer. “Yo sé que él mató a su mujer y a su hijo, Carlitos (un joven desaparecido hace años). Se hacía el pobrecito. Jamás lo vi pelear ni enojado, pero decía que mi hermana le había arruinado la vida”, dijo Gabriela Carmona, hermana de la víctima, durante el primer juicio.