Las mejores historias son las que tienen un final feliz, y ese es el caso de la vida de Joaquín Lizarde o Joaco como lo llama su familia. El pequeño luchador cumple 11 años dentro de unos días, pero parece que su fiesta se adelantó un poco. Y es que Joaco es paciente de cáncer desde muy pequeño, y ahora, gracias a un trasplante de médula ósea, pudo tener una segunda oportunidad; y en su ciudad natal lo recibieron con un particular festejo.
El 8 de marzo de 2012 en Campo de Los Andes, Tunuyán, nació un nene feliz y sano; pero a sus 2 años de vida, su salud empezó a complicarse. Fue diagnosticado con cáncer de vejiga al que posteriormente se le sumó una leucemia linfoblástica aguda. Ante el angustiante panorama, Joaco y su familia dieron pelea para que la enfermedad no determinara la vida del pequeño.
Desde ese momento, empezó un largo camino para la familia Lizarde, encabezada por su mamá Romina Di Césare y su papá Leonardo Lizarde. Entre operaciones, sesiones de quimioterapia e internaciones en el hospital Notti, Joaco pasó 9 años luchando contra el cáncer. Algunas veces parecía que lo peor ya había pasado y no había moros en la costa; pero por momentos, el pequeño pasaba por fuertes recaídas.
Sin embargo, la fe y esperanza de la familia de Joaco sumada a la profesionalidad de los médicos, hizo que la historia de superación de Joaco tuviera un final feliz.
Trasplante de médula, la esperanza de la familia del pequeño mendocino que superó la laucemia
Lo único que le quedaba a la familia para aferrarse era el trasplante de médula ósea; y para ello, Joaco quedó inscripto en la lista de espera nacional del Incucai (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante). Aunque muchas veces se tarda meses en encontrar un donante compatible, la tan esperada llamada llegó un día.
Apareció un donante 100% compatible con Joaco, así que la familia armó los bolsos y automáticamente se fueron al hospital Sor María Ludovica de La Plata, Buenos Aires, para realizar el trasplante. Gracias a la solidaridad y empatía de los tunuyaninos, se recaudó dinero para ayudar a la familia a pagar el tratamiento y su estadía allá.
Luego del trasplante y algunas sesiones de quimioterapia, el mendocino y su familia ya estaban listos para volver a su hogar después de varios meses afuera. La alegría y tranquilidad después de todo lo que había pasado era como una bocanada de aire fresco.
El gran regreso de Joaco a Tunuyán
Este martes 28 de febrero, el pequeño y su familia regresaron a Mendoza. Joaco y su papá viajaron en avión, mientras que la mamá y sus hermanos volvieron en colectivo. Pero lo que el niño no sabía era que desde el aeropuerto hasta Campo de Los Andes los aguardaba una gran sorpresa.
Según Diario Uno, los vecinos de la localidad estaban esperando a la familia frente a un conocido hotel de Vista Flores, con los autos adornados con globos amarillos para acompañar su regreso a casa en caravana. Pero lo mejor de todo fue la aparición de la autobomba de los Bomberos Voluntarios de Tunuyán, organización que Joaco quiere integrar de grande.
El camión encabezó la caravana hasta el hogar y, aunque Joaco quiso viajar arriba de él, decidieron que por seguridad y su salud sería mejor si viajaba en el auto y disfrutaba de la vista privilegiada que tenía del imponente vehículo.
Ahora, Joaco se encuentra en su hogar con sus caballos y otros animales de la finca en donde vive junto a sus padres y hermanos, listo para comenzar a vivir la vida y festejar sus 11 años al máximo.