A partir de este lunes comienzan a seleccionar al jurado y después de tres años de espera tendrá lugar el juicio a los cuatro acusados del asesinato de la empresaria de Tunuyán, Norma Carleti.
Se estima que el debate comenzará el miércoles y se llevará a cabo en las instalaciones del batallón Ingenieros de Montaña 8, en Campo Los Andes.
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Al juicio llega acusado como instigador, es decir que planeó el crimen, Leonardo Hisa –ex pareja de Carleti, empresario y ex legislador radical.
Compartirán con el empresario el banquillo de los acusados, Juan Carlos Guerrero, ex empleado de Hisa, imputado como partícipe necesario y sus hijos Kevin y Alexis Guerrero acusados de ser coautores del homicidio.
Para la fiscalía del Valle de Uco, hubo un motivo para matar a la empresaria: “los graves conflictos personales y comerciales que existían durante los últimos años en el matrimonio”.
Es así que el jurado deberá escuchar no sólo a los testigos de ambas partes, sino también áridos informes contables que demostrarán en pesos y bienes el estado patrimonial, tanto de Hisa como de Carleti, quien al morir estaba a punto de cerrar la división de bienes.
La principal y polémica prueba se remonta a junio de 2018, unos presos que compartían celda con Kevin Guerrero grabaron una conversación. En los 53 minutos que dura el audio, Kevin se asume como el asesino de Norma e involucra a Hisa como instigador y a su padre.
Este audio ha sido discutido varias veces por los abogados defensores, quienes entienden que no es una prueba válida y que, en todo caso, se trata de una bravuconada de un preso. Sin embargo, desde la fiscalía del Valle de Uco le otorgan el valor de una pieza clave en el expediente.
Así asesinaron a Norma Carleti
Según la última acusación firmada por el fiscal Jorge Quiroga, de la fiscalía del Valle de Uco, el brutal crimen tuvo como móvil, como ya se dijo, “los graves conflictos personales y comerciales que existían durante los últimos años dentro del matrimonio”.
Y si bien el crimen de Norma Carleti se produjo a las 23.46 del 4 de marzo de 2018, Leonardo Hisa habría comenzado a planear el asesinato de su ex el 23 de febrero, día en que Carleti le comunicó que “el tiempo de llegar a un arreglo sobre la división de bienes había finalizado”. “Mañana en la mañana yo me voy a Mendoza, firmo los papeles y de ahí me voy al aeropuerto… Así que mañana firmo todo”, le habría dicho la empresaria a su ex pareja.
Siempre según la hipótesis de la fiscalía, tras ese mensaje Hisa le pidió a Juan Carlos Guerrero que le consiguiera a alguien para matar a la empresaria a cambio de una suma de dinero.
Guerrero, entonces, le habría pedido a su hijo Kevin que buscara a una persona para terminar con la vida de Carleti cuando la mujer regresara de Buenos Aires. Además, Guerrero compró un Fiat 600 para utilizar en el crimen.
De acuerdo a la acusación fiscal, el 2 de marzo Carleti llamó a Hisa para decirle que firmaría “todos los documentos para que sus abogados inicien el día lunes siguiente las acciones legales”.
El 4 de marzo, a las 21, Guerrero llamó a Hisa, y hablaron de que debía “acelerar la muerte de su esposa, ya que si Norma Carleti firmaba el lunes 5 de marzo las acciones legales del divorcio, los bienes deberían distribuirse en la liquidación de la sociedad conyugal e Hisa perdería una serie de propiedades que pretendía mantener en su poder”.
Fue entonces que Guerrero, como no consiguió a un asesino, decidió planificar la muerte de Carleti: el 4 de marzo a las 23.45, Kevin Guerrero, estando con prisión domiciliaria, junto a su hermano Alexis y otra persona no identificada se subieron al Fiat 600 que había adquirido su padre.
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Los tres llegaron hasta el cruce de las calles Almirante Brown y Dalmau, estacionaron y fueron caminando hasta la casa de Carleti, ubicada en calle República de Siria 348, de Tunuyán.
Luego treparon la medianera, rompieron la puerta de la cocina, entraron y encontraron a Norma, “propinándole uno de ellos una patada en el rostro, como así también le asestaron 55 puñaladas con dos cuchillos de cocina con cabo de madera, provocándole la muerte y, finalmente, los causantes se retiraron del lugar en el automóvil antes mencionado, sin llevarse consigo elemento de valor alguno”, se lee en el expediente.
*Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.