Se va un año difícil y de mucho aprendizaje para todos. La pandemia sin dudas nos cambió y nos enseñó a disfrutar y a valorar lo simple, sobre todo a los afectos. En Mendoza, la mayoría podrá disfrutar de compartir la mesa con la familia, pero en otras partes del mundo la situación es mucho más compleja.
El rebrote de COVID-19 obligó a muchos países a volver atrás con las restricciones, por lo que esta fiesta no será igual a las anteriores, ya que muchos deberán recibir el 2021 confinafos o con un grupo reducido de personas.
Agustín Molinero, Carlos Corvalán y Miquela Michelutti son tres mendocinos que viven desde hace algunos años en Europa, y en diálogo con Vía Mendoza, contaron cómo despedirán el 2020 y recibirán el nuevo año.
Año Nuevo con amigos, pero bien argentino
Miquela es maipucina y en 2018 se fue a vivir a España, pero por sus ganas de conocer y de buscar una mejor estabilidad económica, viajó a Alemania donde se instaló hace un tiempo. Allí están confinados por el rebrote, por lo que recibirá al nuevo año con sus compañeros de piso.
“Cada uno aporta algo para la cena. Y a mí se me ocurrió hacer algo tradicional de Argentina y que no había hecho nunca, unas empanadas. En otra ocasión, no me hubiera nacido hacerlas”, dijo.
“Le pedí la receta del picadillo a mi mamá, y ella justo estaba haciendo empanadas, asíque estuvimos cocinando las dos a la vez a la distancia”, comentó. Y, a modo de anécdota, contó: “Como no conseguí las masas, compré una de tarta y usé un vaso de molde para cortar en círculos más chicos”.
Acerca de cómo será la celebración de esta noche, la joven adelantó: “Estamos en cuarentena, no podemos salir. Solo nos dejan para trabajar, comprar o casos de emergencia. Y podemos estar con quienes vivimos, que en mi caso son todos chicos de Málaga, España”.
En esa misma línea, Miquela explicó qué tienen pensado para la noche: “Cenaremos, brindaremos y a las 00 vamos a hacer la tradición de comer 12 uvas para pedir deseos”.
Pero si algo no faltó en el fin de año de Miquela son las tradiciones, ya que en la previa de la cena unos vecinos la invitaron a ella y a una amiga a tomar vino caliente frente a una fogata y a comer malvaviscos, algo que acostumbran a hacer los alemanes para despedir el año que se va.
Agustín Molinero es médico, de Luján de Cuyo, y en junio de 2019 se instaló en Italia para trabajar y pronto comienza su residencia en cardiología. A principios de 2020, viajó su novia, Virginia Valentini, y juntos se hicieron compañía en la peor etapa de la pandemia, la que azotó muy duro a ese país europeo.
Esta fiesta la pasan solos, ya que también están confinados y tienen prohibido movilizarse. “No nos podemos juntar con nadie, está todo cerrado y hay controles por todos lados. Es un garrón porque aunque quieras, no se puede”, explicó el joven.
“Por suerte nosotros nos hacemos compañía, estamos tranquilos y para comer no nos falta. Va a ser extraño, distinto, pero se pasará como todo”, rescató sobre esta difícil situación.
Y sobre de sus sentimientos para esta noche reveló: “No es lo máximo estar lejos de tus seres queridos, y menos después de esta situación en la que mucha gente ha perdido a sus familiares. A pesar de que no soy una persona muy familiera, empezás a pensar que puede ser la última fiesta... pero sé que por mis condiciones de trabajo la posibilidad de viajar va a estar”.
La situación de Carlos Corvalán no es muy diferente, pero él sí podrá pasar la noche de Año Nuevo con su pareja, Agustina Cordero, y tres amigos más, todos de Mendoza.
El joven es oriundo de Godoy Cruz, y hace aproximadamente cuatro años que se fue de la provincia por temas laborales. Primero vivió en Perú, luego en Panamá, de allí lo trasladaron a Madrid y hace unos días se instaló en Barcelona en España.
Si bien Carlos vive hace tiempo en el exterior y no es la primera fiesta lejos de Mendoza, admitió que tienen un sabor especial: “No son las primeras fiestas que paso lejos, pero éstas tienen características especiales. Además, me agarra en una ciudad nueva, por más que hacen tres años que vivo en España y eso también afecta”.
Esta noche ellos no estarán solos, y disfrutarán de sus amigos, quienes se transformaron en “familia”. “Vienen a casa una pareja amiga de Madrid y un excompañero de rugby, que también está viviendo acá. Nos juntamos los cinco”, contó.
Respecto de qué extraña de pasar las fiestas en casa, Carlos reveló: “Principalmente lo que más extraño es la familia, se extraña mucho. También el clima, pensar que allá es verano y que está para pile, amigos y asados en familia”.