Los servicios de emergencia advierten sobre la difícil situación respecto a encontrar camas para internar a pacientes críticos por Covid-19. Señalan que la situación es igual o peor que el pico de la primera ola de la pandemia.
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Las ambulancias de la provincia de Mendoza pueden demorarse entre cuatro a seis horas en conseguir una cama para pacientes críticos. Teniendo en cuenta que la ocupación de las camas críticas es del 92% en el Gran Mendoza y del 98% en el sector privado, la demora es mayor. Normalmente tenían una demora de una hora aproximadamente en conseguir una vacante.
El presidente de la Cámara de Servicios de Emergencia y director médico de Emergencias Médicas, Juan Carlos Videla dijo a Diario Los Andes. “Hemos tomado la decisión de asegurarnos la cama (antes de retirar a la persona) porque hemos estado con pacientes en la ambulancia durante horas, así que no los trasladamos sin el destino asegurado porque llegamos al hospital y no tienen ni siquiera lugar en el showroom (NdeR: espacio para recibir emergencias)”.
En tanto a las consultas telefónicas, últimamente se han incrementado exponencialmente logrando triplicar o cuadruplicar los llamados de ciudadanos. Pasaron de atender de 10 a 15 llamados diarios a atender cerca de 30 consultas por día. La operadora de Serprisa explicó: “Es imposible dejar el teléfono un minuto, estamos todos trabajando a full con el Covid”.
El encargado de la Cámara de Servicios de Emergencia explicó que el 80% de las demandas corresponden personas con Covid. El verdadero problema no está relacionado con la atención de los pacientes, sino con el ingreso de personas que necesitan de los servicios hospitalarios.
Omar, operador de Serca, detalló: “Llamar a las clínicas implica tiempo, muchas no atienden los teléfonos, hay que llamar hasta que alguien nos recibe o a la obra social, a veces no queda otra más que el hospital público, donde a veces también nos rechazan”.
La cantidad de pacientes de mayor edad son iguales a la de adultos jóvenes. Estos últimos solicitan asistencia en sus domicilios, ya que se encuentran en condiciones críticas.
“Los pacientes a veces subestiman la enfermedad y se hacen diagnósticos tardíos cuando ya la neumonía es leve a moderada, cuando la recuperación es más difícil y eso ocupa camas más tiempo”, consideró el médico.
Videla informó que al aumentar los casos de personas jóvenes, son mayores días de internación los que se necesitan. Éste es uno de los factores que hacen que la situación actual sea peor que la primera ola.
“Arrancamos la primera ola con 0 infectados y 0 internados y ahora ya hay gente internada en la terapia, además en la primera pudimos prepararnos (...) en la cantidad de llamados estamos igual que en la época del pico, está más difícil conseguir camas y hay saturación de llamados por la cantidad de casos”, enumeró.
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Para finalizar, expresó. “Estamos teniendo las mismas dificultades que tuvimos en el pico máximo de la pandemia y no sabemos qué nos queda por delante”.
*Este texto fue publicado originalmente por Diario Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.