Hace casi un mes, se anunciaba que Mendoza y otras tres provincias firmaban un acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por alrededor de 140 millones de dólares.
Por ese acuerdo se financiaría una obra fuerte, la renovación de la Costanera desde Brasil a la rotonda del avión y una serie de proyectos de fortalecimiento de la gestión provincial.
En ese acuerdo hay un secreto que fue guardado bajo siete llaves: una segunda obra, por cerca de 9 millones de dólares, que tiene carácter condicional; es decir, se hará siempre y cuando se cumplan los plazos de ejecución de los otros dos proyectos financiados y anunciados públicamente. Se trata de la vinculación entre el Corredor del Oeste y la calle Paso en Carrodilla.
El secreto estaba fundado en el carácter condicional de la obra. Nadie quería anunciar algo que estaba sujeto a contingencias de otros trabajos, que siempre pueden demorarse por diversas razones, entre torpezas propias y azares inmanejables.
Aún no hay grandes detalles precisos de la obra “fantasma”, apenas una traza: dos carriles separados por un espacio verde y una ciclovía.
Según el titular de la Unidad de Financiamiento Internacional (UFI), Alejandro Zlotolow, hay tiempo para terminar el proyecto ejecutivo, puesto que debe estar listo para dentro de un año y medio.
Hay sólo una certeza, el camino pasará por un barrio privado de la zona de Carrodilla. Allí deberán hacerse algunas expropiaciones y otras antes de llegar al empalme con la Panamericana. El resto de la obra para llegar al Corredor del Oeste fue realizado en la gestión de Francisco Pérez, bordeando el límite sur del barrio Palmares.
