El asentamiento ubicado en calle Castro, de Guaymallén, a pocas cuadras del empalme entre el carril Urquiza y el Acceso Este, creció de manera considerable durante los últimos años, así como también la cantidad de personas que viven en el lugar. Hoy, viven cerca de 350 familias.
Tanto el calor infernal como las bajas temperatura del invierno o los esporádicos temporales de lluvia, van dejando sus huellas en las precarias casas, que están construidas -casi en su totalidad- por barro, palos de madera, chapa y nylon.
Es uno de los barrios más carenciados de la provincia. Jorge, miembro de una de las comisiones del barrio, habló en Canal 7 de la difícil situación que están atravesando en el barrio.
"El frío, la gente que no tiene nada, pasan necesidades, la gente que necesita un abrigo, un colchón, una frazada. Hay una familia que no tiene nada, duermen en el piso, no tienen estufa y hay mucha necesidad. Le pedimos al Gobierno una ayuda para poder salir adelante, para que cambiemos el ritmo de vida que llevamos. Queremos ver la posibilidad de que el gobernador nos pueda entregar una casa. Como siempre decimos, no queremos que nos regalen una casa, la queremos pagar para poder tener una casa digna y poder salir de este lugar y no vivir así", imploró.
"Esta casa no tiene calefacción, vive una chica con tres niños, se llama Milagros y vive sola. Es una situación difícil ver como ella vive, es más, hay un vecino al lado que tiene ocho niños y también vive en una situación difícil. Para poder calefaccionarnos, buscamos leñas y hacemos fuego. Hoy en día una garrafa esta cara, hay gente que no tiene trabajo y tiene que salir con un carrito a ganarse la vida. Esta difícil vivir, las cosas están muy caras, todo aumenta y hay poco trabajo", agregó.
Por su parte, Milagros contó: "No tengo nada, tengo cinco chicos, dos están en la escuela Eva Perón y tengo una nena de 3 años que está enferma, ayer la llevé al Notti y me dieron remedios. Yo no tengo documento, soy de Salta, mi hija mayor es la que recibe una ayuda, ella lo recibe y me pasa más o menos 5 mil pesos, con eso no me alcanza. A veces voy a la casa de mi hijo y cocino allá porque no tengo cocina, garrafa, no tengo nada, sino cocino en el fuego. Ahora con la lluvia no podemos cocinar".
"No puedo hacer fuerza porque ya estoy por tener a mi bebé y no tengo nada, ni ropita para el bebé".