El pasado 14 de diciembre de 2017, falleció Bruno Ríos, el nene que se cayó a una pileta en Tunuyán y casi se ahoga. Bruno tenía 4 años y desde ese día estuvo internado grave en terapia intensiva del hospital Notti, hasta que falleció.
El fiscal de Tunuyán, Adrián Frick, imputó por el delito de homicidio culposo a cuatro responsables del natatorio Swimming (ubicado en calle Armani al 250 de Tunuyán) y, en los próximos días, otras personas podrían correr la misma suerte.
Los procesados son Marcela Cuadrelli, empresaria del lugar; Betiana Branti, "coordinadora" de la pileta; el profesor de educación física Mario Méndez; y un menor, un joven de 16 años que se desempeñaba como "monitor".
Todos fueron imputados por homicidio culposo, delito que tiene penas que van de los 6 meses a los 5 años de prisión.
Según los testigos, durante un recreo, Bruno se sacó el pequeño salvavidas que tenía, se acercó a la orilla de la pileta (en la parte más honda) se agachó y cayó al agua.
La carta de los padres del niño ahogado en Tunuyán: "No podemos dejar de agradecer" Según el niño que lo vio caer, Bruno habría recibido un pelotazo y, tras caer, su cuerpo quedó debajo de unos "flota-flota", hasta que fue rescatado por los mayores que estaban a cargo de lugar.