Noemí Paz (59) trabajaba como cocinera en el instituto religioso para chicos sordos Antonio Próvolo (Luján), y lo hizo hasta el día previo a la intervención judicial (en noviembre del 2016) cuando se conocieron detalles de las aberrantes denuncias efectuadas por ex alumnos y que daban fe de abusos sexuales y casos de corrupción de menores que habrían sido cometidos en el lugar.
A raíz de los testimonios de víctimas y testigos, y de las pruebas recabadas en el expediente; el fiscal de la causa Gustavo Stroppiana la imputó como partícipe primaria en abuso sexual simple (uno de los hechos que se investiga). Y a principios de enero de este año, la Justicia dispuso su detención, puesto que se había mantenido “reacia” al momento de declarar.
Esta mañana, la Justicia de Garantías dispuso que Paz recupere la libertad (estaba alojada en la cárcel de El Borbollón), aunque al mismo tiempo confirmó toda la prueba en su contra y mantuvo la imputación.
La jueza Alejandra Alonso consideró que hay elementos suficientes que prueban que el hecho por el que está imputada existió y que la mujer es responsable. No obstante, le otorgó la libertad al considerar que también quedó comprobado que en todo momento la mujer estuvo en su casa -y no prófuga-, e incluso fue a votar y hasta se compró una casa durante el lapso en que era buscada para que se la notifique de la imputación.