Rosana Sosa, la enfermera que fue apuñalada por su marido, Fernando Fernández, exJefe de Residentes del Hospital Central, en noviembre de 2015. La primera jornada del juicio tuvo lugar el pasado 30 de octubre en Tribunales.
Sosa contó en declaraciones a Radio La Red Mendoza que está con parte psicológico, y que cuando vivía con Fernández "no toleraba muchas cosas, cosas cotidianas, cosas pequeñas que a él le molestaban, pero para mí era común. Él me iba a buscar a todos lados, pero porque pensaba que yo estaba con alguien".
La enfermera contó que la noche del ataque "estábamos peleados, ya no nos hablábamos, estábamos en una crisis. Ese día empezamos discutiendo, se siguió la discusión, y cuando me fui a la habitación el apareció con un cuchillo de cocina grande".
Los conocimientos de Sosa sobre medicina le permitieron salvar su vida luego del ataque de su marido. "Cuando sentí la herida del pulmón lo primero que hice fue tapar la herida, pedir ayuda, y pedir que me sostuvieran la zona, porque sabía que me iba a ayudar para cuando llegara la ambulancia. Yo no me acuerdo, pero mis vecinos dicen que iba avisando dónde tenía las heridas y que revisaran donde sangraba".
Por último, la enfermera comentó que no ha vuelto a formar pareja ni tiene planeado hacerlo. "Tengo miedo de volver a equivocarme. Me echo la culpa de no haber elegido bien. Después del ataque me sentí muy apoyada por todo mi entorno, mi familia, mis compañeras de vóley, mis amigos, los chicos del hospital. No sé por qué lo hizo, no había ningún motivo. Está comprobado que lo hizo conscientemente. Es algo que quiso hacer, quiso matarme. No soy capaz de perdonarlo".