Este martes fue clave en la causa que investiga la muerte de Genaro Fortunato, ocurrida la madrugada del 10 de septiembre a la salida del bar La Mona, en San Rafael, Mendoza. La única imputada, quien por entonces era su novia, Julieta Silva, dejó la cárcel al recibir el beneficio de la prisión domiciliaria.
Hasta hoy, Silva estuvo acusada de homicidio agravado por la alevosía y el vínculo. Hoy los jueces Alejandro Celeste, Jorge Yapur Meca y Néstor Murcia coincidieron en que no hubo dolo directo.
No obstante, se impuso una doble imputación (alternativa) para que se investiguen ambas hipótesis mientras la causa llega a juicio. Una es por homicidio simple y la otra por homicidio culposo agravado.
La audiencia se desarrolló en el Tribunal Penal de Menores de la Segunda Circunscripción Judicial de San Rafael. Pasado el mediodía entró en cuarto intermedio y retomó a las 14.
La apelación de la ex defensora, Florencia Garciarena en contra de la resolución del juez Pablo Peñasco, que la mantuvo en la cárcel, motivó la audiencia de hoy. Para el actual defensor de Silva, Alejandro Cazabán, fue una decisión arbitraria y tuvo una gravísima omisión de pruebas.
En cuanto a la presunta discusión en el bar Mona, el abogado dijo que no fue por la impulsividad de Julieta, sino fue por los celos de Genaro.
Según Cazabán, los dos testimonios del cuidacoches tienen 35 contradicciones.
"No hay alevosía ni dolo eventual", sostiene Cazaban. "Esto debe encuadrarse en la figura del homicidio culposo, rechazo profundamente el dolo", aseguró.
Cazaban pidió cambiar la carátula a homicidio culposo y la libertad de Silva. De no ser así, detención domiciliaria.