Un equipo integrado por 400 científicos de 17 países que trabaja en el Observatorio Pierre Auger -ubicado en Malargüe-, junto a investigadores del Centro Atómico Bariloche (CAB) y docentes y estudiantes del Instituto Balseiro publicaron en la revista Science que los rayos cósmicos de altísimas energías se originan fuera de la Vía Láctea. Fue luego de 12 años de investigación.
Se trata del Proyecto Auger, donde trabajan científicos nacionales cuyos aportes permitieron ampliar la selección de datos, desarrollar varios de los métodos de análisis y contribuir a la interpretación de los resultados, informó el Instituto Balseiro.
El origen de los rayos cósmicos de altísimas energías es uno de los grandes interrogantes que se plantean los científicos que estudian el universo, entre ellos, el grupo barilochense de Esteban Roulet, Silvia Mollerach, Xavier Bertou, Oscar Taborda, Geraldina Golup, Diego Harari, Hernán Asorey, Mariano Gomez Berisso e Ingo Allekotte.
"Los rayos cósmicos son las partículas de mayor energía que se conocen en el universo y es un misterio cómo fueron aceleradas hasta alcanzar esas energías y cómo fue su viaje hasta la Tierra", afirmó la astrofísica Mollerach, investigadora independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en el CAB.
Los rayos cósmicos son núcleos de átomos de elementos como el hidrógeno y el hierro que, cuando ingresan a la atmósfera, interactúan con el aire y producen una cascada de millones de partículas secundarias: electrones, fotones y muones. Esta cascada avanza a una velocidad cercana a la de la luz distribuida en forma de disco de varios kilómetros de radio, por donde están esparcidos los tanques que capturan el rastro lumínico.
El equipo de investigadores centró su estudio en los rayos cósmicos con energías un millón de veces más grandes que las que adquieren los protones en el acelerador de partículas más potente que existe en la Tierra: el Gran Colisionador de Hadrones construido en Europa.
El siguiente desafío para los científicos será descubrir dónde se aceleran los rayos de mayor energía y de menor carga eléctrica, que son los que resultan menos afectados por campos magnéticos en su recorrido desde su punto de origen hasta la Tierra.