La imparable agenda que cumplió el gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo sólo indica una cosa: ya está en campaña de cara a las elecciones generales del próximo octubre.
Sin pausa, el gobernador enlazó la inauguración de un nuevo sistema de expediente electrónico en la Cámara de Diputados con la entrega de viviendas en Guaymallén y el anuncio de la creación de 2.000 puestos de trabajo a través del Bono Fiscal.
Yendo de un lado para el otro, acompañado de una comitiva de funcionarios, el gobernador no se privó de referirse a los errores de las anteriores gestiones (demagogia a la hora de construir casas sin exigirles a los beneficiarios una cuota acorde con los actuales costos de financiación de un inmueble, mala administración, falta de gestión legislativa) y hasta remarcó que no irá por una reelección.
En ningún caso habló directamente con la prensa y en cada acto que presidió dejó caer frases dignas de convertirse en titulares.
Lo cierto es que se lo vio cansado, pero nadando a sus anchas en las aguas de un río que le queda más que cómodo: el de las contiendas electorales, que no ha parado de ganar desde el 2013, cuando el Frente Cambia Mendoza superó en las legislativas al PJ por 20 puntos de diferencia.