Este tipo de delitos se registra desde hace años, pero en este tiempo llamó la atención de las autoridades los cuantiosos robo de placas recordatorias, floreros, candeleros y cruces en especial en el cementerio de Guaymallén. Los ladrones buscan el bronce, un metal muy bien cotizado en el mercado local.
La preocupación de los deudos de los fallecidos es quién se hará cargo de reponer estos elementos con el que buscan rendir honores y recordar a sus difuntos.
Desde el municipio comandando por Marcelino Iglesias detallaron que estos hechos se vienen repitiendo a lo largo y ancho de la provincia desde hace años y que la pandemia no exceptuó a quienes cometen este tipo de delitos, destacó una amplia nota el diario El Sol de Mendoza.
En junio ocurrió un episodio similar en un camposanto de Palmira, San Martín. También ha sucedido tiempo atrás con los portarretratos en el cementerio israelita, ubicado en la calle Moisés Tubert de El Algarrobal, Las Heras. Y, a nivel nacional, la situación se replicó en Florencio Varela, en Buenos Aires, donde un sujeto fue sorprendido con dos carretillas, cuatro bolsos y un destornillador.
El fin de estos artículos mortuorios es el mercado negro de fundidores y chatarreros. En el comercio legal el bronce, al igual que el cobre, es el mejor pagado ya que se compra a $185 el kilo. Mientras que por el aluminio sólo se paga $50.
Asimismo, los chatarreros de la provincia fueron bastante reticentes en brindar información si los elementos que provenían de tumbas y nichos.
Por otro lado, mandar a hacer una placa nueva de bronce fundido de unos 10x15 centímetros cuesta entre $800 a $2.000, de acuerdo con la cantidad de letras a grabar, pero cada vez menos gente se vuelca a pedir estas distinciones, según consignaron desde una reconocida casa de grabados de la Ciudad de Mendoza.
Cientos de tumbas vandalizadas
El episodio ocurrido en el cementerio municipal de Guaymallén, ubicado en Julio Argentino Roca 6468, se dio el 3 de septiembre y según muestran las cámaras de seguridad habría actuado un hombre en solitario.
Después de la medianoche, con una barreta ingresó por el sector oeste del predio que queda frente al inmueble donde Nicolás Gilad Gil Pereg cometió los femicidios de su madre y de su tía. Sin embargo, como la cámara está a unos 15 metros de altura, será difícil obtener un registro fiel de la cara del delincuente.
Aún no se logró determinar la cantidad de artículos sustraídos, pero trabajadores del lugar estiman que los faltantes suman más de 100.
Un 10% de los familiares de los fallecidos cuyas tumbas habrían sido profanadas realizaron la denuncia en la administración. Mientras que existen placas que están despegadas y serán vueltas a instalar cuando corroboren la propiedad de las mismas. Con todo esto, le resulta difícil a la comuna cuantificar las pérdidas.
"Es la primera vez que pasa con esta magnitud y esperamos los avances que tenga la fiscalía para determinar los pasos a seguir", adelantó Javier Puebla, director de Rentas de Guaymallén, quien sostuvo que aún no se ha determinado cómo se organizará la reposición.
En otros cementerios
De las necrópolis ubicadas en el Gran Mendoza, sólo en Maipú se admitió que "estos tipos de robos son muy comunes, aunque desde el inicio de la pandemia a la fecha han bajado sustancialmente esos actos de vandalismo".
En tanto, desde la Ciudad de Mendoza señalaron que el último registro se dio en enero, e hicieron hincapié en que desde que se reforzó la seguridad y se refaccionó la luminaria no se han detectado nuevos hechos que lamentar.
Cabe recordar que en marzo de 2019, desapareció una obra histórica del cementerio de Capital. Era el busto del jurista y perdiodista mendocino Manuel Antonio Sáez, y había sido realizada por el escultor Juan José Cardona, el mismo que hizo el cóndor ubicado en el ingreso a la Ciudad.
En cuanto al Este, la profanación en el cementerio de Palmira ocurrió en junio y fue alertada por el sereno de 53 años que estaba realizando el rondín y se percató del faltante. Aseguró que no sabía qué día ocurrió el evento, lo cierto es que desconocidos robaron veinte marcos y dos lápidas de bronce.