Ha sido parte del guión en las películas infinidad de veces, pero como suele suceder en estos tiempos, la realidad supera a la ficción.
Una anciana fue declarada oficialmente muerta y hasta la sepultaron. Menos de 24 horas después, resultó que la mujer estaba viva y ahora no saben a quién enterraron ya que el ataúd siempre estuvo cerrado, como lo estipula el protocolo por el coronavirus.
El insólito hecho ocurrió en la clínica Santa María, en Mendoza ciudad. "El paciente acaba de morir, lo sentimos" fue el llamado que recibió la familia de María Dora Garro (71). El acta de defunción certificaba la causa del deceso: paro respiratorio.
"Nos dieron un ataúd cerrado y solo pudimos estar en la morgue unos minutos", relató aún en shock y "todavía muy mareado por los nervios" Jorge, hijo de la mujer.
Pero menos de 24 horas más tarde volvió a sonar el teléfono de Jorge. "Su mamá está viva y pide a los gritos ver a sus hijos". El hombre no entendía que sucedía y se tomó unos segundos para verificar que estaba en "sí" y no en una especie de trance postraumático.
Sí, era real, María Dora Garro está viva.
Llegó con un dolor de espalda y se fue “muerta”
Dora comenzó a sentir un dolor intenso de espalda, fue revisada en ese centro asistencial pero el profesional consideró que no necesitaba internación y le indicó un tratamiento ambulatorio. Pero días más tarde, el cuadro empeoró.
La mujer comenzó a sentir un fuerte dolor de pecho, regresó a la Clínica y la internaron con "principio de neumonía". Esto ocurrió el lunes pasado. Esa fue la última vez que los familiares vieron a Dora con "vida".
Por los estrictos protocolos sanitarios por la pandemia, no dejan ingresar a parientes ni allegados de los enfermos a los nosocomios.
El jueves pasado. Exactamente a la 1.15 de la mañana. Jorge recibió la noticia del presunto deceso de su madre. Por estos procedimientos que buscan evitar la propagación del virus, no hubo velorio.
Sin embargo, el viernes se dieron cuenta que en realidad María Dora Garro estaba viva en su habitación de la clínica Santa María.
"Ya pudimos verla. Ahora sí nos dejaron pasar", dijo en medio de un bullicio propio de una situación tan inédita como la que padeció la familia de Dora. Eso si, todavía no saben a quién enterraron.
“Resucitó” pero sigue muerta
Después de atravesar la insólita situación, María Dora Garro se convirtió en una NN porque para el sistema está muerta y así lo certifica el acta de defunción.
"Estamos viendo con abogados toda esta situación. Por el momento estamos haciendo el trámite de vida que corrobore que mi mamá no está muerta", concluyó Jorge.
*Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.