Gracias a una cadena solidaria de personas, organizaciones, organismos y empresas, la labradora Ainda, entrenada como perra de asistencia, se encontró con Alejandro, el niño mendocino de seis años con autismo.
"Fue un momento lindo, una media hora en la que Ale y Ainda tomaron confianza, jugaron y se sentaron en el suelo, salió todo como esperábamos", describió Sebastián, padre de Alejandro, sobre el primer contacto de su hijo en el aeropuerto de Mendoza con la perra labradora.
El año pasado, el niño mendocino y su familia conocieron a Ainda para comenzar lo que el equipo de la organización llama “acoplamiento”, es decir, el proceso para que se conozcan e interactúen.
"Esta acción es otra forma de darle visibilidad al Autismo, porque muchas veces nadie habla, no se habla lo suficiente, o la gente no sabe cómo acercarse al tema, y a veces los padres se sienten muy solos, y no saben qué hacer en esta situación, entonces nosotros tomamos la decisión de contar esta historia", dijo Natalia, la madre de Alejandro.
Alejandro tiene fugas (se escapa en la calle) y dificultades de integración sensorial, es por eso que el equipo de médicos y profesionales definió que la entrega de un perro de asistencia cambiaría su vida y la de su familia de manera significativa. Y se hizo realidad.