Este jueves, volvieron a abrir las puertas al público los bares, cafés y restaurantes de la Ciudad de Mendoza. Y, para sorpresa de muchos, la concurrencia fue mejor de la que esperaban los dueños de los locales gastronómicos. Si bien tuvieron que verse obligados a reducir la capacidad de sus negocios al 50%, esto no fue un impedimento para que ver con buenos ojos la reapertura.
Los empresarios y emprendedores esperaban desde hace algunas semanas la apertura presencial para poder recibir a los clientes, y finalmente se hizo posible este jueves. Algunos manifestaron que la modalidad "take away" o pase y lleve no funcionó como esperaban y tienen expectativas respecto a la flexibilización de la cuarentena en la provincia.
En este primer día de reapertura, muchos de los mendocinos que circulaban por el Centro no dudaron en sentarse a tomar un café para disfrutar del cálido día otoñal al aire libre. La preferencia fue el desayuno y la merienda, y a la hora del almuerzo bajó la concurrencia.
Hacia la noche, la calle Arístides Villanueva tuvo algo más de movimiento, pero le fue "mejor" a los bares que a los restaurantes. En las mesas, que son de hasta cuatro personas, se evidenció la presencia de grupos de amigos que aprovecharon la ocasión para reencontrarse, ya que todavía no están permitido este tipo de reuniones en los domicilios particulares.
Entre las medidas dispuestas en el protocolo sanitario, los clientes deben realizar una reserva en la mayoría de los locales y, una vez en el lugar, tienen que llenar una declaración jurada. Vale aclarar que el incumplimiento de cualquiera de las disposiciones del protocolo implica multas, tanto para los clientes que incumplieron ($5.000), como para los responsables del local ($50.000).
El último fin de semana, el Gobierno provincial habilitó las reuniones familiares, bajo protocolos y con una limitación de diez personas en casas particulares. Estos encuentros están permitidos los sábados, domingos y feriados, de 9 a 23.