La madre de una de las victimas de los abusos cometidos por sacerdotes en el Instituto Antonio Próvolo de Mendoza abrió un merendero en el barrio San Martín para ayudar a familias que, en el marco del aislamiento, no pueden darle de comer a sus hijos y como "una forma de retribuir a la sociedad" el apoyo que recibió en el juicio.
Paola Gonzalez, quien a diario recibe a unas 90 personas en un barrio marginal de la capital mendocina, contó a Télam que "todo el dolor te va preparando para convertirlo en algo bueno, positivo" y agregó que "la sociedad nos dio mucho apoyo y esto es una forma de retribuir tanto".
Consultada sobre si esta actitud es una cuestión de resiliencia para superar circunstancias traumáticas, contestó: "Sí, por supuesto. No tenía el merendero, esto surgió a partir de la pandemia".
"Ofrecemos una copa de leche chocolatada, con tortitas, sopaipillas, rosquitas, lo que vaya amasando y arroz con leche, o flan, o gelatina, o lo que consigamos. Aparte, a la media tarde se entrega una bolsita como refuerzo para que lleven a la casa por si no tienen para cenar", sostuvo.
González agregó que "esto no sólo es para el chicos, sino para su madre, para los ancianos, para todos los que lo necesiten, porque el hambre no tiene edad".
Tras señalar que impulsa el proyecto junto a su familia, la mujer explicó: "Necesitamos toda la materia prima, que es leche, cacao, azúcar, grasa, harina, harina leudante, levadura, huevos, arroz, flanes, gelatinas" y también ropa "porque viene gente muy necesitada".
González afirmó que incluso en su merendero se enteró que "muchos no tienen ni siquiera la Asignación Universal por Hijo (AUH)"."Considero que este es un trabajo que tenemos que hacer entre todos para que Argentina salga adelante", acotó la dirigente social.
El gesto de González fue resaltado por la organización no gubernamental Xumek, que los representa en las diligencias judiciales en el caso Próvolo y que afirmó en un comunicado que "actitudes como la suya merecen respuestas inmediatas de la sociedad".
La agrupación creó un enlace de internet titulado "1000 kilos de ayuda" para quienes quieran colaborar.