En pocas horas no quedó nada, las llamas devoraron las habitaciones dejando en escombros la humilde casa en Chimbas, San Juan.
Todo comenzó cuando según hoy lo publica Diario de Cuyo, cuando Carlos Alberto Castro y su mujer Rosalba Sosa estaban en la cocina y fueron alertados por los gritos de dos de sus cuatro hijos. Cuando se acercaron a la habitación, el fuego ya había consumido los cubrecamas y frazadas y poco se podía hacer. Perdieron todo.
Lo primero fue sacar a los chicos, dos de ellos (de 10 y 12 años) discapacitados, que lograron salir del fuego y el humo tóxico. La que resultó más damnificada fue la madre de los menores Rosalba que debió ser internada por haber inhalado monóxido de carbono. Según la policía luego fue dada de alta.