Este viernes, en los tribunales de Mendoza se desarrolla la etapa de alegatos en el segundo juicio por la muerte de Lucas Carrasco, el joven de 22 años que perdió la vida en 2014 durante disturbios en el estadio Bautista Gargantini, donde había concurrido a ver un partido de la Lepra. La fiscalía pidió 18 años de prisión para el único imputado, el policía Diego Guzmán.
Tras los alegatos se pasó a un cuarto intermedio. Guzmán está imputado por homicidio con dolo eventual agravado por la utilización de armas de fuego y por ocurrir en las inmediaciones de un espectáculo deportivo.
Según el fiscal Darío Tagua, Guzmán no tuvo la intención de ocasionar la muerte de Lucas Carrasco cuando le disparó con el lanzagases. De todas formas resaltó que el efectivo, por su formación, conocía la peligrosidad del acto.
Hace cinco años Carrasco fue a ver un partido de fútbol y nunca más volvió a su casa. En 2016, su familia pensó que Lucas podría llegara descansar en paz si se hacía justicia. Se realizó un primer juicio que quedó en la nada. En julio de 2017 su madre, Viviana Espina, no pudo más con el dolor y la impunidad y se quitó la vida.
Lucas murió el 16 de marzo de 2014 en el hospital tras agonizar varios días luego de una represión policial. La investigación determinó que la herida se produjo por una granada de gas lacrimógeno, aunque en un principio la versión que había circulado a nivel oficial era que había recibido un piedrazo.
La impunidad que marcó el primer juicio
En julio de 2016 se realizó el primer juicio por la muerte de Lucas Carrasco en la Segunda Cámara del Crimen con los jueces José Valerio (hoy ministro de la Corte), Arlinton Uliarte y Ramón Ariel Spektor.
El 20 de septiembre de ese mismo año, los integrantes del tribunal se inhibieron de seguir entendiendo en el juicio. Esto debido a que las audiencias se suspendieron por más de 15 días hábiles por los problemas de salud del juez Valerio que, según el certificado médico agregado al expediente, le impedía levantarse de su cama.
Sin embargo, ese mismo día, Valerio se presentó a dar clases de consulta en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo. Esto provocó que el juicio, que estaba en su etapa final, quedara sin efecto.
Meses más tarde, Viviana espina se quitó la vida. Su cuerpo fue hallado en el parquizado del lateral sur del Acceso Este, entre las calles Estrada y Bombal, en Guaymallén. Entre su ropa hallaron una carta en la que explicaba por qué había tomado la decisión de quietarse la vida.