Agustín Cáffaro tiene 24 años y es de Piamonte, Santa Fe.
A los 16 años dio su primer gran paso antes de llegar a la selección mayor de básquet, se mudó a la ciudad de Marcos Juárez donde jugó para el Club San Martín el TNA entre los años 2011 y 2012.
Pero no sólo defendió esos colores, también forjó amistades y conoció a su actual pareja quien siempre lo apoyó en sus decisiones.
Además, el jugador de la Selección Argentina de básquet se desempeñó en el Club Atletico San Jorge (2008-2010), Instituto de Córdoba (2012-2014), Sportsmen de Rosario (2014-2015), Quimsa (2015), Huracán de Trelew (2016), Boca Juniors (2016-2018), Libertad de Sunchales (2018-2019) y San Lorenzo de Almagro (actualmente).
- ¿Cuáles son las sensaciones luego de la histórica victoria ante Serbia?
- Es una alegría inmensa. Veniamos con dos meses de proceso y trabajando un montón. En el medio tuvimos el Panamericano y varios amistosos contra potencias europeas. Nosotros sabíamos que clase de equipo era Serbia, con jugadores en la NBA y en el viejo continente en su máximo nivel. Salimos con mucha intensidad pese a que hicimos muchas faltas. Los que veníamos atrás pudimos ayudar con ese tema y sacar lo mejor de nosotros.
- ¿Cómo fueron los momentos previos al partido? ¿Qué les dijo El Oveja?
- Nos pidió que sigamos con lo de siempre que nos dio de comer en las fases previas; marcar de entrada y con mucha intensidad. Somos una de las mejores defensas, sino la mejor, y adelante estamos bien parados. "El Oveja" confió y confía mucho en nosotros, nos dijo que no bajemos los brazos, que podemos seguir haciendo historia.
- El post-partido debe haber sido una locura… ¿cómo va la cabeza en frío?
- Fue un momento de euforia increíble haber podido sacar adelante semejante partido y saber que estamos entre los cuatro mejores equipos del mundo. Una vez que llegamos al hotel nos tranquilizamos. Estar en el lugar que estamos no nos los quita nadie y ya estamos pensando en el próximo rival. Hay que seguir, ir por lo mejor y tratar de avanzar.
- ¿Qué balance haces de tu carrera?
- Pese a que estuve en varios clubes es corta. Pasé por muchas situaciones y el balance que hago es haber seguido intentando y trabajando cuando las cosas no me salían. Pensaba en lo que hacía y no sabía si era lo correcto. La posibilidad de jugar en Libertad de Sunchales no me la brindó nadie y ahí pude mostrar todo lo que venía haciendo en los años anteriores, ese año fue la explosión. Tuvimos una muy buena temporada con el equipo y pude estar en la Selección. Estoy muy conforme conmigo mismo pero hay que continuar metiéndole. Para estar acá hay que estar al 100 por ciento, somos 12 de miles.
A San Martín de Marcos Juárez le tengo mucho cariño. Fue el primer club al que me fui cuando me alejé de mi casa. Me ayudaron a que la experiencia del desarraigo de lo mío sea lo mejor posible y me brindaron una excelente hospitalidad. Conocí enormes personas que hicieron todo más fácil y tuve la chance de ponerme de novio con quien hoy es mi pareja.
- ¿Qué consejo le das a los chicos que sueñan con un Mundial y estar a la par de figuras como Luis Scola?
- En lo personal es un sueño. Me apoyé mucho en Luis, siempre lo miré y es un excelente jugador. Es uno de los mejores del básquet nacional, sin dudas, y tenerlo de compañero y haber trabajado con él en la previa al mundial me hizo ver que es mucho más de lo que yo pensaba. Tiene 39 años y entrena como un chico de 20 y ahí esta la clave. Ponerle ganas, entusiasmo que todo se puede.
A la vuelta del mundial le espera un gran reto a Cáffaro.
El último campeón del básquet nacional lo espera en su casa, en Almagro, para lo que seguramente será una institución más que lo forme en su carrera como basquetbolista.