En el marco de la vigilia por el 37º aniversario de los veteranos y caídos en la Guerra de Malvinas, entrevistamos a uno de nuestros grandes héroes, donde nos contó su experiencia, vivencias y muchas anécdotas.
Ramón López nació en Paso de los Libres, Corrientes. A fines del año 1981 siendo parte del Comando Anfibio de la Armada Argentina, fue reclutado y se unió al grupo liderado por el Capitán Pedro Edgardo Giachino.
A la primera misión en Malvinas fui jefe de un bote de desembarco, era parte del grueso que fue a tomar el cuartel Royal Marine, - lugar donde izamos por primera vez después de 149 años la bandera Argentina- .Los otros catorce hombres fueron a la casa del Gobernador comandados por el Capitán Giachino.
La misión comenzó embarcando en la Santísima Trinidad a las 10 de la noche del primero de abril, tomando tierra en playa Enriqueta a primeras horas de la mañana del 2 de abril 1982. Luego de confirmar que en Royal Marine no había nadie, fuimos rápidamente a asistir al grupo de Giachino, quienes estaban combatiendo hace varias horas y cuando llegamos Giachino ya estaba muy mal herido herido frente a la casa del Gobernador. Luego de varias horas de combate, consolidamos el objetivo y nos confirmaron que Giachino había muerto, "fue el primer muerto de la Guerra", detalló Ramón.
Y recordó "con el capitán Giachino compartimos muchas cosas, era un hombre que se preocupaba mucho por sus subalternos, buen compañero, buen soldado, realmente la profesión de soldado la llevaba muy bien".
Posteriormente al combate, el General me ordenó acompañar los restos del Capitán. Por lo que volví el mismo 2 de abril -en horas de la tarde noche- a Puerto Belgrano, donde realizamos el velatorio y al día siguiente finalmente lo sepultamos en la ciudad de Punta Alta.
Luego de estar unos días con mi familia, retorné el 6 de abril a Malvinas en una misión especial, una patrulla de diez comandos. Nos ordenaron detonar los puentes y puertos de la isla para que los ingleses no puedan usarlos. Eramos la unidad estratégica del Comandante Otero, con la cual participamos en otras 15 misiones de alto riesgo llegando a infiltrarme en las líneas enemigas inglesas. Labor que unos años más tarde nos otorgaría la medalla de honor en combate - entregada por el Presidente de la Nación mediante la Armada Argentina-.
Seguidamente a esto, el 18 de junio de 1982 los cinco comandos que logramos sobrevivir a los ataques, nos escapamos de Malvinas, escabulliéndonos en un helicóptero ambulancia de la Cruz Roja, que se dirigía a un buque hospital en Santa Cruz.
"Días más tardes volví a Mar del Plata, recuerdo que yo queria seguir perteneciendo a la fuerza" manifestó. "Pero muchos de mis compañeros decidieron darse de baja y fueron abandonados por muchos años, no teníamos contención ni de la Armada, ni del Gobierno. En esos años no se podía hablar de la guerra por ordenes del Servicio de Inteligencia Militar y fue muy duro para todos estar tan desamparados", reveló López.
Ahora, ya jubilado y viviendo en Ushuaia, declaró que quiere volver a las Islas, pero el día que no tenga que presentar Pasaporte "considero que es nuestro territorio y el día que este libre de usurpadores volveré".
Ramón llegó de pase a Ushuaia en 1989 y se retiró en el año 1994. Crió a sus dos hijos en el fin del mundo y expresó "es una ciudad que nos recibió muy bien, esta ciudad sabe lo que es la guerra, por eso es capital de Malvinas. Los veteranos que vivimos acá tenemos que agradecer constantemente por el acompañamiento que tenemos, este pueblo es muy agradecido con los Ex-Combatientes".
Para finalizar se refirió a la Ley Malvinas y explicó: "lo que pretendemos con esta Ley es defender nuestro derecho soberano, queremos que pase por el Congreso de la Nación y la población elija aprobarla o no. No queremos que los políticos tomen esa decisión tan importante, sentenció el héroe nacional.