Todos de alguna u otra manera nos hemos visto afectados por la pandemia que desencadenó el coronavirus. El aislamiento sin dudas cambió todas las estructuras de nuestras vidas, provocando generar cambios en nuestras rutinas.
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Uno de los grupos que se vio más afectado fue el de los adultos mayores. Al ser considerados personas de riesgo al contagiarse del virus, fueron los que más tiempo se vieron encerrados en sus casas. Algunos, luego de completar su esquema de vacunación contra el coronavirus, han comenzado a intentar volver a sus vidas normales de alguna manera, pero es todo un desafío para ellos.
La realidad según la vista profesional
Para obtener el punto de vista profesional de la realidad pandémica de los adultos mayores, desde Vía Mendoza dialogamos con la psicóloga Marisel Maingard. Ella nos pudo indicar que sin dudas, este rango etario fue uno de los más afectados.
“En especial en los adultos mayores se pudo observar un impacto más significativo porque de por sí muchos se encuentran en una disminución de sus actividades diarias en relación a sus años más activos. El aislamiento definitivo ayudó a generar exceso de pensamientos y a problematizar situaciones”, indicó la psicóloga.
Marisel nos explicó la secuencia de pensamiento, sentimiento y comportamiento, que explica por qué tantos adultos mayores se comenzaron a ver deprimidos con el aislamiento: “Lo que uno piensa afecta lo que uno siente y lo que uno siente determina como se va a comportar”.
Inclusive señaló que en algunos casos el aislamiento no fue solo físico, sino que también hubo un retrotraimiento a sí mismo por la falta de comunicación. Lo positivo es que la sociabilidad es recuperable. “En cuanto se empiece a recuperar la normalidad en lo social, el organismo, la psiquis y el mundo emocional comienza a responder positivamente”, explicó Marisel.
La psicóloga pudo manifestar que se puede observar una respuesta positiva a la vacunación, lo que indica ganas de volver a la normalidad.
“Hay una interpretación que tiene que ver con la protección. Hay un miedo a la muerte, un sentimiento de vulnerabilidad por considerarse de riesgo. Encontrar en la vacuna una oportunidad de sentirse seguros generó más atracción que rechazo”, explicó Maingard.
La virtualidad, el único lugar de encuentro
Para conocer más de cerca la realidad pandémica de los adultos mayores, desde Vía Mendoza dialogamos con cuatro jubilados. Ellos son Susana, Carlos, Rosalba y Alberto. Cada uno de ellos pudo compartir un poco lo que fue el aislamiento para ellos y cómo están viviendo actualmente.
Si bien estas cuatro personas pertenecían a diferentes agrupaciones de jubilados, con la pandemia toda actividad presencial fue suspendida. Los encuentros se trasladaron a la virtualidad, algo muy complicado para algunos.
“Con esta pandemia se frenó todo. Nos cuidamos como corresponde por eso hacemos video, donde cantamos o bailamos y pasamos recetas de comidas”, detalló Alberto. Por su parte, Susana no quiso participar de las actividades virtuales, siendo que no eran lo mismo, aunque algunos de sus compañeros sí lo hicieron.
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“Esto nos hizo meter mucho más en la tecnología. Creo que la misma llego para quedarse y aunque los adultos mayores le tenemos un poco de miedo, tenemos que aprender”, expresó Carlos mientras detallaba los diferentes talleres que realizaba su centro de jubilados por Facebook.
El Whatsapp se convirtió el aliado de muchos, ya que era su único medio de contacto en estos tiempos. Quizás costó para algunos, pero lo lograron y así mantienen sus conversaciones.
El temor llegó a muchos, pero no a todos
“Lo que uno está sola y encerrada, está con ese temor. Nos enfermamos por el temor a las cosas que pasan”, expresó Susana, indicando que la soledad fue lo que más le afectó.
Carlos nos contó que la presencialidad en su centro de jubilados es lo que más piden sus asociados, ya que “en la misma se mantiene el contacto y la compatibilidad”, que son esenciales para animarse entre ellos.
Rosalba intentó no dejar que la soledad la afectara, sino que buscó estar activa todo el tiempo. “Soy muy creativa, me gusta idear cosas. Hago diferentes actividades para entretenerme. Nosotros los adultos mayores tenemos que siempre hacer algo para no bajonearnos”, señaló la mujer.
Sin embargo, todos expresaron que sufrieron la perdida de un ser querido. Pero la tristeza no los ha detenido, ya que tienen esperanzas de volver a sus vidas normales. Sus perdidas los animaron a seguir con los cuidados, inclusive todos indicaron recibir su inmunización contra el coronavirus.
“Dios quiera que esto termine pronto, para que podamos seguir disfrutando la vida que es tan hermosa”, concluyó Alberto.