Según un informe preliminar que llegó al juez en lo Criminal y Correccional 16, Mariano Iturralde, la prueba del barrido electrónico detectó restos de plomo, bario y antimonio -los tres elementos que se desprenden de la deflagración de un disparo-, en la mano izquierda de Navarro Cádiz.
También hallaron rastros de pólvora en tres prendas del imputado: una campera negra símil cuero, un buzo y un pantalón de jogging.
"La campera negra fue secuestrada en su domicilio de la calle Montevideo 76 y es similar a la que por lo que se ve en los vidrios, vestía la madrugada del hecho. En esa prenda los restos de pólvora fueron hallados en la parte de la espalda", informaron desde la justicia.
La misma fuente contó que el buzo es el que envolvía el arma dentro del bolso donde fue hallada la pistola Bersa Thunder calibre .40 con mira láser usada en el hecho, por lo que habría que esperar si en el caso de esa prenda, el positivo se dio por una cuestión de transferencia.
Respecto del jogging, se trata de un pantalón que al imputado le fue secuestrado cuando llegó extraditado de Uruguay, donde fue detenido.
En el caso del otro detenido, Juan Jesús Fernández (42), las fuentes indicaron que todas las pruebas de barrido electrónico que se le hicieron en las manos y en las ropas, por el momento dieron negativo.
Nuevos imputados en la causa
Si bien en un principio se pensaba que la pistola Bersa Thunder calibre .40 secuestrada en la casa del imputado Juan José Navarro Cádiz (25) estaba a nombre de su madre u otro familiar, los informes sobre el registro del arma indicaron que había sido comprada en una armería de Tandil por un hombre fallecido en 2006.
El juez de la causa, Mariano Iturralde, ordenó una serie de medidas en Tandil vía exhorto y así pudo establecer que la viuda y un amigo cercano del fallecido eran las personas que habían heredado o se habían hecho cargo de las pertenencias del difunto.
Pero además, se pudo establecer que el amigo del dueño del arma también se había comprado a su nombre el mismo día y en la misma armería, una pistola gemela a la del fallecido, es decir, una Bersa Thunder .40 con mira láser idéntica a la usada en el doble crimen.
Por ello, el juez Iturralde decidió citar a indagatoria a la viuda y al amigo del fallecido titular del arma para que expliquen qué hicieron con esa pistola que terminó en manos de Navarro Cádiz y Juan Jesús Fernández (42) la madrugada del hecho.
También fueron allanados sus domicilios y se les secuestraron los celulares para ver si tuvieron algún contacto con los acusados.
Fuentes judiciales indicaron a Télam que la imputación será la de la provisión de un arma, contemplada en el artículo 189 bis del Código Penal, y que los dos nuevos imputados estaban citados a indagatoria esta semana pero solicitaron una prórroga, por lo que en los próximos días se fijará una nueva fecha.
"Queremos saber cómo llegaron los imputados a tener esa pistola. Quizás el arma fue vendida pero si es así fue una venta informal y no se registró debidamente. Otra posibilidad es que haya sido robada, pero nadie lo denunció", dijo a Télam una fuente de la investigación.
A dos meses del doble asesinato de Congreso, tanto Navarro Cádiz como su primo Fernández, ambos de la comunidad gitana, están con un procesamiento con prisión preventiva confirmado ya por la Cámara del Crimen, imputados de un doble homicidio agravado por alevosía y por placer, que prevé una pena de prisión perpetua.
El juez recibió en las últimas horas un adelanto de la pericia de barrido electrónico realizada sobre las manos y las ropas de los imputados para establecer quién había disparo, y ese estudio comprometió a Navarro Cádiz.
En tanto, el juez y la fiscal Estela Andrades ya ordenaron que el Cuerpo Médico Forense inicie las pericias psicológicas y psiquiátricas para determinar el perfil de las personalidades de Fernández y Navarro Cádiz y saber si comprendieron la criminalidad del acto y si son o no imputables.
"Antes de la feria serán analizados. Uno de los puntos de pericia será ahondar sobre la fascinación y el gusto que tenían los imputados por las armas, ya que seguimos pensando que no hay un móvil concreto más allá del placer de haber ido a probar un arma de fuego", dijo un investigador judicial.
El crimen de Olivares (61) y Yadón (58) ocurrió el 9 de mayo, cuando salieron a hacer su caminata matutina habitual por la Plaza del Congreso, y a las 6.50, al pasar por segunda vez delante de un automóvil Volkswagen Vento estacionado, les efectuaron varios balazos.
Yadón cayó muerto de tres disparos en el lugar, mientras que Olivares recibió un tiro que lo dejó herido de gravedad y falleció a los tres días.
El hecho quedó grabado por cámaras de seguridad que fueron clave para identificar a Fernández -dueño del auto-, y Navarro Cádiz como los autores del hecho.
La pistola marca Bersa Thunder calibre .40 con mira láser usada en el hecho fue secuestrada en la casa de Navarro Cádiz.
Si bien al inicio se especuló con un crimen vinculado con algún tipo de venganza personal, el juez Iturralde y la fiscal Andrades no encontraron un móvil, ni ninguna relación entre las víctimas y los imputados.