Fuentes oficiales dieron a conocer los términos de una comunicación producida por la Justicia Federal de Jujuy referida a una medida reclamada desde hace varios días por las autoridades provinciales a los efectos de que las fuerzas federales actúen en el territorio para garantizar la libre circulación vehicular en las rutas nacionales que son objeto de piquetes por parte de organizaciones políticas, sindicales y sociales en diferentes puntos de la geografía jujeña.
En efecto, pasadas las 20:00 tomó estado público que el juez federal subrogante de Jujuy, Diego Martín Matteucci, autorizó a la Gendarmería Nacional a tomar “todos los recaudos pertinentes” para “asegurar la libre circulación” vehicular por las rutas nacionales números 9, 34, 52 y 66 que atraviesa el territorio de la Provincia de Jujuy.
Ello deberá ser ejecutado “con el debido resguardo del derecho a la protesta y, en especial, la integridad física de las personas, absteniéndose del uso de armas de fuego”, tal como se lee en el texto.
LA DECISIÓN DEL JUEZ MATEUCCI
La medida fue adoptada por el juez Matteucci como respuesta a lo solicitado por el fiscal federal subrogante de turno, Carlos Colonnese, tras tomar conocimiento “de acuerdo a información suministrada por distintos medios” de los piquetes ubicados en la Ruta Nacional nº 9, en su intersección con la Ruta Nacional nº 52, en Purmamarca; la Ruta Nacional nº 34, a la altura de Libertador General San Martín y San Pedro de Jujuy; y la Ruta Nacional nº 66, a la altura de la finca El Pongo, en proximidades a la ciudad de Perico.
De acuerdo a información proporcionada por la Secretaría de Seguridad Vial del Ministerio de Seguridad provincial, la mayoría de esos piquetes y otros emplazados en rutas provinciales fueron implementados por los manifestantes con la modalidad de ser cortes totales y eventualmente se franquea el paso de vehículos una vez por hora.
Como consecuencia directa de estos piquetes el aeropuerto “Gobernador Horacio Guzmán” permanecía cerrado y con toda la actividad de aeronavegación suspendida por cuanto los controladores aéreos no podían llegar a tomar servicio en sus puestos de trabajo.
De tal manera, un vuelo de Aerolíneas Argentinas que había partido desde Buenos Aires al mediodía debió aterrizar en Salta, destino al que eventualmente llegarían también otros dos servicios más que estaban programados para la tarde y primeras horas de la noche.
