A propósito de los festejos populares por los logros de la Selección Argentina de fútbol en el Mundial en Qatar y ante la inminente llegada de las fiestas de fin de año, la Dirección Provincial de Inclusión de Personas con Discapacidad emitió un recordatorio en referencia a la plena vigencia en Jujuy de la legislación que prohíbe la comercialización y uso de pirotecnia sonora en toda la extensión del territorio provincial.
El organismo hace referencia a la ley provincial n° 6.187 de “pirotecnia sonora cero” sancionada en diciembre de 2020 por la Legislatura. Se trata de una herramienta que procura proteger a personas con autismo e hipersensibilidad auditiva, recién nacidos y adultos mayores, como también a mascotas domésticas y la fauna urbana.
La normativa establece la prohibición de la fabricación, comercialización y/o venta de elementos de pirotecnia sonora, y prevé fuertes sanciones para quienes contravengan sus disposiciones. La autoridad de aplicación de la ley es el Ministerio de Seguridad provincial a través de las áreas pertinentes.
¿A QUIÉNES Y POR QUÉ LES HACE DAÑO EL RUIDO?
Las personas con trastorno espectro autista (TEA), en especial los niños, y sus familias padecen esta época del año debido a la pirotecnia sonora, por cuanto una de las características de las personas con este trastorno es que sus sistemas sensoriales están afectados, por lo tanto las sensaciones normales son percibidas con una intensidad intolerable.
Agustina García Goyena, licenciada en fonoaudiología, explicó que “las personas que padecen autismo, en especial los niños, tienen alta sensibilidad auditiva, es por eso que los sonidos muy fuertes los perturban al extremo. Esto se debe a que ellos tienen la necesidad de orden y regularidad, y oír ruidos fuertes altera su ambiente”.
Describió la especialista que “los oídos de las personas con autismo son sumamente sensibles” y es por eso que en circunstancias de percibir fuertes ruidos en su entorno atinan a “cubrírselos y en ocasiones tienen crisis de llanto”.
Pero además -prosiguió la profesional- “el uso de pirotecnia sonora no sólo afecta a los niños con autismo, sino a muchas personas” debido a que los estruendos “pueden ocasionar heridas, lesiones, hipoacusia (disminución de la sensibilidad auditiva) por perforación de tímpano, trauma acústico, y también altera a los animales”, completó.