La cosmopolita Quinua, la potente Cañahua, el intelectual Amaranto y el científico Tarwi son los productos andinos que transformados en superhéroes acudieron al llamado de Tierra Madre para hacer frente a la campante mala alimentación, el consumismo y el cambio climático, en un cómic creado en Bolivia.
"Las Fantásticas Andinas" es el nombre de esta historieta gestada en un trabajo de la Fundación Hivos, el Movimiento de Integración Gastronómica (MIGA) y la organización Cosecha Colectiva, con los conocimientos de productores de estos alimentos y los trazos y guión de la artista boliviana Susana Villegas.
PROTAGONISTAS Y ANTAGONISTAS
Contaminación ambiental, gente consumiendo frituras, gaseosas y golosinas, una calle llena de vehículos y comercios, y en los periódicos noticias sobre inundaciones, incendios y el aumento de la temperatura en el mundo, es el panorama de apertura del primer capítulo del cómic.
"Son tiempos difíciles. Tanto la Tierra Madre como todos los seres que viven en ella son víctimas de males contemporáneos. ¿Habrá solución? ¿habrá esperanza? ¿de dónde vendrá?", reza el texto que acompaña esta primera viñeta.
Para sanarse de estos males, Tierra Madre, personificada por una anciana de larga cabellera gris, convoca a cuatro jóvenes que ostentan el poder ancestral de los alimentos más puros.
Entre estos jóvenes está la experimentada Quinua, una astronauta que habla muchos idiomas y conoce mucho, pues ha viajado por el mundo, evocando al hecho de que este alimento ha sido incluido en la dieta de los cosmonautas de la NASA.
También está Cañahua, chiquita y fuerte como la planta, llena de energía e ímpetu, junto a Amaranto, un joven intelectual y dado a las artes.
El científico del grupo es Tarwi, que lleva un morral y toma conocimientos de la medicina tradicional y moderna, ya que esta leguminosa tiene beneficios tanto para la salud humana como para los suelos.
Los superhéroes van vestidos de colores enteros, naranja, verde, café y dorado, y en el pecho llevan el símbolo de una planta andina.
Como en toda historieta, también hay villanos, como Apeticia, que representa a la codicia, la comida chatarra, la mala nutrición y el consumismo, y Termotrón, que personifica al cambio climático.
LOS OBJETIVOS DE LA INICIATIVA
La idea surgió al ver cada vez más locales de comida rápida y frituras que derivan en una mala nutrición, explicó a Efe la especialista en Alimentación de la Fundación Hivos, Nicole Szucs.
Lo que se busca es difundir las bondades de alimentos andinos milenarios como la quinua, la cañahua y el amaranto, que son granos, y el tarwi, una leguminosa, para que las nuevas generaciones "empiecen a incluirlos más en su dieta y no los vean como algo desconocido, o del pasado", sostuvo.
"Creemos que necesitamos héroes y heroínas locales y estos productos pueden ayudar a muchas cosas y que los podemos ver como tal, como súper alimentos que no sólo son buenos para nosotros, sino también para el medio ambiente", manifestó.
Además de sus propiedades nutricionales, estos productos tienen una gran relevancia cultural y resaltan por sus cualidades de adaptación y mitigación del cambio climático.
El formato del cómic busca llegar sobre todo a los jóvenes, "que ya no tienen tanta educación alimentaria", indicó.
"Es una narrativa que llega a jóvenes entre 18 a 35 años, que también son los nuevos padres y madres y que pueden utilizar esto para educar a sus hijos, entonces atacamos por ambos lados", explicó Szucs.
LA DIFUSIÓN DEL CÓMIC
El cómic se debía presentar el pasado 17 de marzo, pero las restricciones por la cuarentena para frenar contagios de COVID-19 obligaron a postergar el lanzamiento a abril y finalmente a tener que hacerlo mediante redes sociales.
El primer episodio se publicó en el Facebook de "Las Fantásticas Andinas" hace unos días, junto a unos videos promocionales e imágenes tanto de la iniciativa como de los alimentos protagonistas.
"Pero el cómic es parte de una campaña más grande", aseguró Szucs, para explicar que eventualmente se imprimirá las historietas para distribuirlas en restaurantes, espacios amigos o incluso junto algún medio de comunicación, "porque queremos que lleguen a más personas".
Además se apunta a trabajar con productores, vendedores y gastrónomos para que incorporen más estos alimentos en sus actividades. (Gina Baldivieso/EFE)