Con el lema "50 años de Iglesia evangelizada por los pobres", se llevó a cabo en Humahuaca la cuarta Asamblea Prelaticia, en la que más de 350 participantes, a lo largo de tres días, analizaron "la situación pastoral, viendo toda la realidad de las familias, de los niños, jóvenes, adultos, adultos mayores, la situación cultural que comprende la acción pastoral. Hubo también momentos de mucha oración", destacaron fuentes de la organización.
En el encuentro, al que asistieron miembros de las 250 comunidades que se encuentran comprendidas dentro de la Prelatura de Humahuaca, fueron abordadas varias temáticas, como la importancia de "asumir que la Iglesia tiene que ser verdaderamente una Iglesia misionera, a partir del mensaje del papa Francisco".
"Otro desafío que se planteó como importante fue el cuidado de ´la casa común´, el cuidado de la Pachamama, los recursos naturales, considerando las alarmas" que en torno a esta cuestión se escucha en el planeta.
"La cuestión social, con todas las preocupaciones que supone, como la falta de trabajo, los adultos mayores carentes de subsidios, la crisis que están viviendo los jóvenes por los problemas de la economía en las familias", fue otro de los aspectos sobre los que se trabajó.
Al mismo tiempo, en el transcurso de las tres jornadas -que se extendieron del 12 al 14 de julio- se analizó "la actualidad de la pastoral juvenil, donde fueron de mucho acierto las líneas formuladas para trabajar con los jóvenes, y también se habló de las relaciones que deben tener los cristianos, llevando un vínculo fraterno con el prójimo para poder crecer como Iglesia".
Los puntos propuestos fueron abordados en un marco teórico denominado "pastoral de conjunto" o "pastoral orgánica", contexto en el fueron considerados los distintos aspectos de la Iglesia: "Discípula y misionera; una Iglesia que genere y camine en comunidad; una Iglesia que escuche, aprenda y acompañe; una Iglesia samaritana y solidaria".
Además, "se pensó la Pastoral Social como una tarea irrenunciable en la misión de la Iglesia; una Iglesia inculturada y festiva; una Iglesia siempre nueva que otorga protagonismo a los jóvenes; una Iglesia que cuida y valora la vida como un don, y afronta con sabiduría y convicción las situaciones que amenazan la vida; una Iglesia que cuida la ´casa común´; que promueve y acompaña las vocaciones", se lee en un resumen difundido por los organizadores.
El rasgo sobresaliente de esta cuarta Asamblea Prelaticia fue que estuvo abierta a la participación de las comunidades y con la presencia de los jóvenes, lo cual fue celebrado por los adultos.
En ese sentido se destacó que "la participación de las comunidades es importante porque sin ellas, la vida de la Iglesia no marcha", a la par que la numerosa asistencia juvenil permitió vislumbrar "a futuro un importante recambio generacional", dado que "se ve el gran compromiso asumido por ellos".
"Si no participan los jóvenes en la vida eclesial, será una Iglesia envejecida", se definió con claridad.
Años atrás, la primera asamblea se llevó a cabo con la participación de sacerdotes y algunas religiosas; en la segunda edición, comenzaron a tomar parte los laicos, lo cual se incrementó en la tercera, para llegar a este cuarto encuentro con una amplia asistencia de representantes de las comunidades.