Comunidades Indígenas de Jujuy se congregaron en los considerados sitios sagrados de cada región para recibir este viernes el solsticio de invierno, vínculo energético conocido como el Inti Raymi (Fiesta del Sol) que da lugar a un nuevo ciclo natural en el mundo andino.
Para los pueblos ancestrales de la región, el cambio de estación representó el inicio del año andino 5527.
La celebración se dio en el marco de ceremonias en las que los comuneros y los miembros de las comunidades compartieron la noche más larga del año, en un ámbito de reflexión.
Hacia el norte de la provincia, la celebración se vivó con intensidad en la Quebrada de Humahuaca, con epicentro en localidad de Huacalera, donde se sitúa el monolito representativo del trópico de Capricornio; como también en la región Puna, más precisamente en la localidad de Laguna Colorada, a unos diez kilómetros de la ciudad fronteriza de La Quiaca, que reunió a comuneros del departamento Yavi.
"El Inti Raymi es el comienzo de un ciclo natural donde reivindicamos el cuidado de la Pachamama y realizamos un balance del ciclo pasado", explicó Ezequiel Cruz, integrante del Consejo de Pueblos Originarios de Jujuy, uno de los comuneros que se concentraron en la ciudad de Palpalá.
Explicó que este hecho marca "una vinculación de energías entre el tata Inti y nosotros", lazo que se evidencia en lugares considerados sagrados para las comunidades indígenas, como cerros y otros sitios naturales recuperados.
En ese balance no quedó afuera la férrea defensa del agua en la región de la Puna jujeña en contra de la explotación del litio y la lucha por la territorialidad en busca de los títulos comunitarios para quienes habitan ancestralmente las diversas regiones de la provincia.
Cruz indicó que las comunidades indígenas transitan un permanente proceso de "reconstrucción de identidad sobre lo impuesto", ello en el ámbito educativo, por lo que "se avanza en ese sentido", agregó.
También alentó a los "hermanos indígenas" a que en el "camino de la unidad vamos a poder conseguir nuestra reivindicación identitaria y espiritual y los objetivos históricos por nuestras tierras, la salud y educación encaminados hacia un buen vivir y armonioso".
Las imponentes Salinas Grandes y otros parajes de la Quebrada de Humahuaca fueron otros de los escenarios de la provincia de Jujuy donde las más de 30 comunidades de esas zonas realizaron diversos rituales a la espera del nuevo año andino.
Allí se elevaron los buenos deseos para la próxima siembra, en el anhelo de conseguir abundantes cosechas, como también las futuras pariciones de los ganados caprinos, camélidos y ovinos.