Al sexto día de los ataques rusos sobre el territorio ucraniano, y a pesar de que este lunes tuvo lugar la primera ronda de negociaciones entre las delegaciones de Rusia y Ucrania, los bombardeos no cesan. Al contrario, se intensifican. Según trascendió, las tropas rusas habrían usado bombas termobáricas, también conocidas como bombas de vacío.
Estas bombas contienen combustible y dos cargas explosivas. Tal como indica el medio Europa Press, una vez que se dispara la munición, se abre un contenedor que dispersa el combustible en una nube y se mezcla con el oxígeno atmosférico.
Luego, detona la segunda carga y se crea una onda expansiva masiva junto con el combustible, creando así un efecto de vacío y consumiendo todo el oxígeno.
Las bombas termobáricas o bombas de vacío son las bombas no nucleares más potentes del planeta y su uso está prohibido por la Convención de Ginebra.
En este sentido, estas armas pueden asfixiar a los seres humanos, además de provocar daños internos e incluso hacer que tras el estallido, los edificios se transformen en escombros en pocos segundos.
Por su parte, la agencia de noticias AP informó que Dmitry Peskov, vocero del Kremlin, rechazó las acusaciones de que el ejército ruso ha usado munición de racimo y devastadoras bombas de vacío, calificándolo como falsedades.