Guerra Rusia-Ucrania: más de la mitad de los niños ucranianos ya no puede vivir en sus hogares

Se trata del mayor desplazamiento de niños desde la Segunda Guerra Mundial. Ya se registran 100 muertes de infantes y más de 130 heridos.

Guerra Rusia-Ucrania: más de la mitad de los niños ucranianos ya no puede vivir en sus hogares
Niños en un centro para refugiados ucranianos en Nadarzyn, Polonia.

Un dato que paraliza, angustia y que a la vez muestra el verdadero rostro de una guerra: En Ucrania, más de la mitad de los niños, ya no puede vivir en sus hogares previos al ataque ruso.

Niños refugiados se asoman por la ventana de un autobús que va rumbo a Rumania después de huir de la guerra en Ucrania.
Niños refugiados se asoman por la ventana de un autobús que va rumbo a Rumania después de huir de la guerra en Ucrania.

Y para precisar y agudizar aún más este dato conmovedor, se supo que durante las primeras semanas de la invasión del Kremlin al territorio ucraniano, 55 niños por minuto debían abandonar sus casas, ya sea acompañados o también solos.

Más datos que se pueden recopilar del enfrentamiento bélico indican que millones de niños ucranianos han modificado sus rutinas de forma drástica y devastadora. Más de 100 han muerto y 130 fueron heridos. Y en términos de cantidades, no se apreciaban tantos desplazamientos de infantes desde la Segunda Guerra Mundial.

Más de 2 millones de niños ucranianos refugiados

El dato estremece: más de 2 millones de niños y niñas ucranianos debieron refugiarse en países vecinos y otros tantos desplazarse a territorios menos atacados dentro de su propio país, según informa el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Por lo tanto, las necesidades imperiosas surgen al precisar formar áreas protegidas en el cruce de las fronteras, con el fin de brindar un poco de tranquilidad a los más vulnerables.

Los grandes destrozos de la invasión rusa genera que muchas familias tuvieron que separarse, abandonando sus hogares. (Foto / AP)
Los grandes destrozos de la invasión rusa genera que muchas familias tuvieron que separarse, abandonando sus hogares. (Foto / AP)

Pero los peligros no son pocos. Lo cierto es que muchos padres ucranianos deben llevar a sus hijos a las fronteras y abandonarlos allí, para que ellos solos puedan cruzar sanos hacia otro país, teniendo que separarse de ellos.

Ana Garralda, portavoz de Unicef en la frontera de Ucrania y Polonia, explica: “Una gran preocupación para las organizaciones internacionales es identificar y registrar a los niños y a las niñas que no están acompañados, que son potenciales objetivos para las mafias de trata y explotación. Sabemos que están desplegadas en el terreno y nuestro objetivo es prevenir que puedan actuar aprovechándose de la enorme vulnerabilidad de estas mujeres y niños en tránsito”.

Otro dato a tener presente es que para los infantes que permanecen en Ucrania, la situación se vuelve muy compleja, dado que las armas y bombardeos rusos han dañado infraestructuras de escuelas, hospitales y orfanatos, además de afectar los suministros de agua.

Casi 100.000 niños viven en la actualidad en centros de atención institucional. Además, la mayoría de las familias que quedaron atrapadas en zonas de conflictos están necesitando ayuda humanitaria, además de protección. En ese sentido, las estimaciones hablan que 4,6 millones de personas tienen acceso limitado al agua o pueden correr el riesgo de quedarse sin este suministro.

“El mayor desafío es continuar apoyando a los más frágiles. (...) Hay una generación de niños del Donbás, el este del país, que no conoce otra cosa que no sea la guerra. Son los nacidos después de 2014. Niños que se enfrentan no solo a la detonación de las muchas minas enterradas a lo largo de la línea de contacto, sino a la falta de una educación reglada luego de, además, dos años de pandemia que han provocado el cierre de muchas escuelas”, explica y enfatiza Ana Garralda, de Unicef.

Una mujer camina con un niño en el pasillo de un centro de refugiados en Bucarest, Rumania.
Una mujer camina con un niño en el pasillo de un centro de refugiados en Bucarest, Rumania.

Cabe mencionar que tanto Rumania, como Polonia y Hungría son los países vecinos que principalmente acogen a los refugiados ucranianos, por lo que Unicef les solicita especialmente que garanticen la identificación de los niños que hasta ellos llegan.