Navidad es una de las pocas festividades que se celebran en todos los lugares del mundo a la vez. Salvo 7 países en los que está prohibido y penalizada esta fecha, en el resto del globo millones de personas se encuentran con sus seres queridos.
Si bien la enorme población identifica el 24 y 25 de diciembre con la Iglesia Católica, su verdad origen es “pagano”. Proviene del culto a Mintra, Dios del Sol de los Persas, que durante los siglos VII y VI celebraban el solsticio de invierno (ya que se encontraban en el hemisferio norte del planeta).
Celebraban la noche más larga, que anunciaba el retorno del sol tras el largo invierno.
Esta celebración fue apropiada y asimilada por la Iglesia Católica que hizo coincidir el nacimiento del sol con el de Jesús, a la vez que busco relacionarla con el cristianismo primitivo para legitimarse.
También en coincidencia con el solsticio, en el Imperio Romano se celebraban las Saturnales, fiestas paganas en honor a Saturno, dios de la agricultura y la cosecha. Entre el 17 y el 23 de diciembre campesinos y esclavos dejaban el trabajo cotidiano, visitaban a amigos y parientes e intercambiaban regalos.
Los romanos celebraban también el nacimiento de Apolo, justo el 25 de diciembre, tomado luego por la iglesia para celebrar el nacimiento de Jesús.
A pesar de que se creía que este había nacido en primavera, el papa Julio I fijó la solemnidad de Navidad el 25 de diciembre buscando que los paganos romanos se convirtieran en cristianos.
100 años después en el año 440 el papa León Magno establece esa fecha como la natividad, y casi 100 años después el emperador Justiniano la declara oficialmente una festividad del imperio, en el año 529.
Por qué se usa arbolito en navidad
Cuenta la leyenda que en el siglo VIII había un roble consagrado en la región de Hesse, en el centro de Alemania. Cada año, durante el solsticio de invierno, la comunidad le ofrecía un sacrificio.
El misionero Bonifacio taló el árbol ante la mirada atónita de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un abeto, un árbol de paz que “representa la vida eterna porque sus hojas siempre están verdes” y porque su copa “señala al cielo”.
A partir de entonces se empezaron a talar abetos durante la Navidad y por algún extraño motivo se colgaron de los techos. A partir de esta leyenda el árbol simboliza la vida, el universo y el amor de Dios.
Actualmente es costumbre ponerlo el día de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre), el día en que fue concebida la Virgen María.