Tener un Buda en el hogar no es solo una cuestión decorativa. Según el Feng Shui, esta figura representa la conexión espiritual y, al mismo tiempo, puede abrir la puerta a la abundancia económica. Para lograr ese equilibrio, no alcanza con comprar una estatuilla: la clave está en elegir el lugar correcto dentro de la casa.
Los especialistas recomiendan colocarlo en la zona de la prosperidad, de acuerdo al mapa Bagua, que distribuye las áreas del hogar según la energía que se busca potenciar. Allí, el Buda funciona como un canal para que el chi, la energía vital, fluya sin obstáculos y favorezca la llegada de nuevas oportunidades.

Un error común es ubicarlo enfrentado a la puerta principal. El consejo es colocarlo a 45 grados de la entrada, mirando hacia ella, pero nunca de forma directa. También es importante evitar pasillos, baños, cocinas o dormitorios matrimoniales, porque son lugares donde la energía tiende a bloquearse o estancarse.
El Feng Shui y la importancia del Buda en la casa
El Feng Shui es una disciplina china con más de 3.500 años de historia. Su objetivo es armonizar los espacios en los que vivimos y trabajamos, distribuyendo objetos, colores y muebles de forma que la energía circule de manera positiva.

En ese marco, el Buda ocupa un lugar especial. No solo está vinculado con la abundancia, sino que también es un símbolo de paz, calma y concentración. Por eso, muchas personas lo eligen para generar ambientes de relajación, ideales para meditar o trabajar con mayor enfoque.

Los maestros de Feng Shui explican que colocar un Buda en el hogar trae varios beneficios: mejora la relación con el dinero, potencia la abundancia y, al mismo tiempo, ayuda a mantener un estado emocional equilibrado. “La figura del Buda conecta con la espiritualidad y eleva la energía de la casa”, aseguran.

Además, se recomienda acompañar su presencia con velas, inciensos o plantas que fortalezcan el flujo energético y refuercen la intención de atraer prosperidad.