En la decoración de interiores, los espejos no solo sirven para mirarse o ampliar visualmente los espacios. Según el Feng Shui, su posición puede cambiar por completo la energía de una casa.
El baño, por su conexión directa con el agua, es uno de los ambientes más delicados para esta práctica ancestral china. Por eso, ubicar correctamente los objetos es clave para evitar que se disipe el chi, la energía vital que fluye por los espacios.

Uno de los errores más comunes es colocar un espejo justo frente a la puerta. Según Montserrat Beltrán, especialista en Feng Shui, esto puede generar un desequilibrio en el Yin, la energía asociada a la calma y la oscuridad. “Un espejo enfrentado a la entrada del baño rebota la energía que entra y la expulsa, generando una pérdida energética en el hogar”, explica.
Cómo ubicar los espejos para lograr equilibrio
Para Beltrán, lo ideal es colocar los espejos de forma perpendicular a la puerta. Esto permite que la energía fluya de manera armónica, sin provocar choques ni estancamientos. En caso de que no sea posible mover el espejo, propone una solución sencilla: “Mantené la puerta del baño cerrada para evitar que el chi se escape”.

Además de la ubicación, también influye el tipo de materiales y colores que se usan en la decoración. El exceso de blanco, metal y superficies frías puede generar un ambiente distante o apagado. En cambio, sumar elementos de madera o tonos tierra ayuda a equilibrar el efecto del agua, protagonista natural del baño.
Otra recomendación para sumar armonía es incorporar vinilos decorativos en la mampara o cortina de la ducha. Estos elementos no solo aportan calidez, sino que también funcionan como barreras simbólicas de protección.

“Un baño con buena energía se siente apenas entrás. Tiene que ser cálido, funcional y contener elementos que equilibren lo emocional con lo físico”, resume la experta.